 Respuesta: En Colombia ya no habrá más 'chuzadas' ilegales
Creo que el título, por lo que ya se sabe que pasó, comporta una ambigua interpretación. una chuzada es una chuzada, y así la ordene un juez de nada servirá esta ley si las interceptaciones (de todo tipo...) están precedidas por un interés político y no estrictamente judicial.
La tramoya urdida por Uribe y sus acompañantes, parte del interés de aniquilar a quienes señalare bajo su propio lente, como adverso al círculo estricto de los intereses políticos y económicos de una narcoclase ascendente en Colombia aliada a individuos representantes de sectores parasitarios de la rancia oligarquía tradicional colombiana. Por tanto, una falsa premisa ha sido entronizada en el ámbito del derecho; es la de que es legítimo judicializar a quién se le atraviese al señor Uribe, sus copartidarios, o, escuderos. "Todo el que no está conmigo, está contra mí" y automáticamente con el sello del estado etiquétese como "terrorista"
¿Qué cuál es el fin? muy simple, evitar que la espada de Damocles pida cuenta de la riqueza mal habida, y que tiene que ver hoy con toda actividad "ilegal" cobijada por el tráfico de los narcóticos. La cultura del atajo es simplemente eso. Aquella que en la sociedad capitalista busca el máximo rendimiento al menor costo para el tenedor. Luego de que se ha llegado a la cúspide se comparten los mismos valores que determinan tradicionalmente a los pudientes de esta sociedad; por eso su enemigo común y natural lo identifican en la izquierda; ¿a quiénes más, si no, a los narcotraficantes, les perjudica un modelo de sociedad signado por sectores de la izquierda?
La lucha contra el señor Uribe no es en fin contra un individuo; esencialmente, este político representanta a una estirpe muy clara de un sector muy bien conocido de la sociedad colombiana. Su tarea es materializar la voluntad de un estamento poderosísimo que posee quizá un espacio mucho más legítimo hoy que la oligarquía tradicional colombiana. Su fin es borrar del mapa a sus contradictores; a toda costa, a como dé lugar. Respondiendo a su accionar característico, fuerza, sectarismo y estigmatización son sesgos particulares a su 'modus operandi' en la política.Tiene un poder real más basto que el de la subversión: y siendo así su accionar es apabullantemente subversivo.Sus niveles de infiltración del ******o estatal tienen la capacidad de desinstucionalizar a voluntad los órganos de dirección y gestión de nuestra sociedad.
Si la cultura del atajo hace rato que se dio para esta clase ascendente, hoy se aplica abrumadoramente en la acción política; y, su voluntad es quedarse en la dirección del estado,hasta cumplir sus fines políticos, y, económicos.
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