Un ciberataque destructivo contra EE.UU. es una amenaza real y palpable, según declaró esta semana el director de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana y jefe del Cibercomando de EE.UU., el general Keith Alexander. “Me preocupa el paso de los ataques perjudiciales a los destructivos. Creo que están por venir”, apuntó Alexander, añadiendo que hay que prepararse para estos ataques. Actualmente el Congreso norteamericano está buscando un camino legal para combatir el ciberterrorismo, aunque todavía no ha tenido éxito en encontrar un equilibrio entre la seguridad y las libertades civiles, lo que provoca preocupaciones en algunos sectores de la sociedad. El general insistió en que la Agencia de Seguridad Nacional “no almacena información sobre los ciudadanos estadounidenses” y afirmó que la Agencia puede “proteger las libertades civiles, la privacidad y la seguridad cibernética” y no pretende “pasar los correos electrónicos personales al Gobierno”. No obstante, el mes pasado, la Agencia de Seguridad Nacional se negó a revelar la cantidad de ciudadanos estadounidenses a los que había espiado de acuerdo con la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera, una norma legal que autoriza al Gobierno a revisar el correo enviado al extranjero.