El jefe de las tropas estadounidenses en Corea del Sur, James D. Thurman, ha pedido excusas oficialmente a Seúl por la conducta de sus soldados, que esposaron a varios civiles por violar las normas de aparcamiento. El incidente tuvo lugar la semana pasada a 70 kilómetros de Seúl, en Pyeongtaek, ciudad donde se ubica la base militar de las fuerzas aéreas de EE.UU, cuando siete soldados estadounidenses de la policía militar empezaron a discutir con tres surcoreanos, a uno de los cuales acusaban de violar las normas de aparcamiento. Cuando los civiles se negaron a cumplir con sus exigencias, los soldados procedieron a esposarlos. Los civiles fueron puestos en libertad sólo cuando llegó la policía surcoreana. “Lamentamos mucho lo ocurrido. Quisiéramos expresar nuestro perdón a los civiles y a la comunidad afectada”, dijo James D. Thurman en un comunicado. La conducta de los soldados estadounidenses ha provocado mucho ruido en el país. El ministro de Exteriores declaró que el comportamiento de los militares "excedió el marco de sus poderes" y expresó "su protesta firme" a EE.UU. En 2002 la muerte de dos niñas surcoreanas que fueros atropelladas por un vehículo de las tropas estadounidenses provocó protestas masivas en todo el país. La presencia de tropas estadounidenses en Corea del Sur siempre ha sido una espina en las relaciones bilaterales. De hecho, los incidentes con la participación de los militares estadounidenses siempre suscitan protestas de los surcoreanos, que exigen su retirada del país.