Tema: Reencuentro
Ver Mensaje Individual
Antiguo , 06:30:02   #1

Me Gusta
Estadisticas
Mensajes: 77
Me Gusta Recibidos: 38
Me Gustas Dados: 0
Ingreso: 20 oct 2009

Temas Nominados a TDM
Temas Nominados Temas Nominados 0
Nominated Temas Ganadores: 0
Reputacion Poder de Credibilidad: 0
Puntos: 162
jcpepar el Usuariox se nos esta haciendo popularjcpepar el Usuariox se nos esta haciendo popular
  
Predeterminado Reencuentro Calificación: de 5,00

Los mejores licores
Reencuentro

11 de Mayo de 2012

Pasado cierto tiempo, después de haber gozado de dos afortunadas experiencias sexuales, primero con mi primo Nacho por una casualidad muy oportuna y, después, con su padre, mi tío Ignacio, que me extorsionó (aprovechándose, por lo que pudo saber de mis andanzas y devaneos, tras visualizar el vídeo de una orgía a la que mi amigo Ramón me llevó ebria y grabó) renacieron en mí unas ansias morbosas de poder reencontrarme con uno y con el otro para gozarlos de nuevo y que me gozaran. Me sentía atraída por ambos aunque por diversos motivos: con mi primo por su candidez e inexperiencia que me permitió encenderle su furor de macho de tal manera que, en sus arrojos, me hizo gozar cual muñeca zarandeada a su antojo placenteramente; con mi tío, distintamente, por su zorrería para violentarme y, pese a eso, gozar conmigo como nunca lo había logrado con su puritana esposa, mi tía, pues pareciera que, al entregarme a él sin restricciones, acabara de descubrir los arcanos morbosos del sexo.
Con uno y con el otro, por separado, gocé con la desnudez de sus cuerpos esbeltos, con el roce de sus vellosidades en mis carnes, con la rigidez de sus vergas, recta y maciza la de mi primo; larga, dura y encorvada hacía arriba la de mi tío. Con todo ello y mi entrega total a complacerles, llegué y les hice llegar al paroxismo: mi primo gozó cuando me penetró con su sonrosada verga maciza, con sobresalientes trazos violáceos, y deliró, al sentir en su verga las compresiones de mi vagina o el aleteo de mis esfínteres anales, follándome de pie y acostados, sentada sobre su verga o con mis piernas ancladas a su cintura, de cuatro patas, como perra puta, con unos enfurecidos y placenteros “mete y saca” inolvidables; también mi tío, por su parte, después de todo lo que pudimos gozar cuando me entregué a su extorsión y, venciéndole su puritanismo hipócrita, se dejó hacer y le llevé a dar rienda suelta a su morbo reprimido que culminó, enloquecido, asiéndome por todas partes, totalmente arrebatado y, como queriendo retener lo que creía que iba a ser irrepetible, se violentó y se puso a zarandearme y prenderse de mis tetas, morderme los pezones, chupar mi lengua, mordisquear mis labios, meterme su verga en mi concha, en la boca, por el culo y vuelta a empezar tras gozar de mis reiterados besos negros en su ano cada vez más dilatado.
Ni que decir que con uno y con el otro – más casual con mi primo y, con mi tío, inicialmente forzada, como dije antes – gozamos a sus anchas, dejándome hacer, y a las mías dejándose llevar por mis propias iniciativas para encelarlos más y llevarlos al mayor arrebato. Incluso, incansable por mi parte, venciendo la flaccidez de sus vergas cuando estas decaían satisfechas y, yo, no paraba de restregarlas con mis manos o mi boca, con mi coño o por mi ano hasta conseguir que se prestaran de nuevo, con sus vergas duras y erectas, a continuar hasta la extenuación. Bien que sabía yo, por mi propia experiencia, aunque joven aún, que los tíos quieren gozarte, y que tú misma te goces, más que como una hembra pasiva, como una puta ardiente como si de ello dependiera la paga. Tan es así que, cuantos he conocido, todos, idos en su furor, no paran de exclamarte, como halago y no como insulto, “que puta eres”.
Tratando de revivir aquellas experiencias, me gustaba encerrarme en mi habitación, tendida sobre mi cama,desnuda, e imaginarme, mientras me masturbaba, tomada por uno o por el otro e, incluso, como llegué a imaginar, tomada por ambos a la vez. Este trío imaginativo, aunque nunca había procurado hacerlo realidad, fue tomando cuerpo, con fuertes y mayores deseos, para hacerlo posible algún día. El problema era como lograrlo pero, puesta a imaginar, sabía que podía contar con la confabulación inequívoca de mi amigo Ramón que, a la vez, también lo era de mi primo Nacho, por lo que no le resultaría difícil hacerle llegar mi proposición; más difícil le resultaría hacérsela llegar a mi tío, que debía tener pocos motivos para fiarse del amigo de su hijo aunque, como dije, gracias a éste crápula que gravó la susodicha orgía, encontró el motivo para extorsionarme y gozarme a su capricho tanto como yo gocé entregándome sin resistencia.
Hablé con Ramón para que preparara el encuentro
– ¿Que te cojan ambos a la vez, quieres? ¿Cómo? – me preguntó extrañado.
– Sí, en tu casa y tú de voyeur – diciéndolo así sabía que él no dejaría de intentarlo – Solo te pido una cosa: que no dejes nada grabado, como ya lo hiciste conmigo aquella vez que me llevaste engañada a una orgía con el gigoló Iker y la travesti Laura que contrataste expresamente para aquella ocasión y, confundiéndome, me los presentaste como amigos tuyos de la Universidad.
– ¿También quieres que participen estos dos? – me preguntó, notándosele que empezaba a entusiasmarse.
–No, únicamente quiero hacer realidad mis fantasías con mi primo y con mi tío, con ambos a la vez, sin que sepan que soy yo la que se complace con ellos y les complace como mejor gusten a sus caprichos. En todo caso, también tú aunque solo te imagino como organizador y voyeur delirante, con eso tendrás ya mucho para tus gustos de proxeneta y de lo gran cabrón que eres. Así que solo te pido dos condiciones que espero que las cumplas: una, que no dejes pruebas de nada; otra, que ambos vayan con los ojos bien cubiertos y amarrados.
No es que me fiara mucho de mi compinche, pero viéndole enfebrecido, sé que no tardaría en ponerse a maniobrar. De inmediato, me dijo que lo plantearía como «una orgia para satisfacer a una amiguita suya “putita de closet” deseosa de satisfacer y satisfacerse, a la vez, con un joven y un hombre maduro, con una sola condición, para que todo quedara de incognito, «que los tres iríais con los ojos cubiertos y bien amarrados para no quedar comprometidos». Yo, oyéndole y solo de pensarlo, sentí como empezó a chorrear ligeramente mi vagina.
Para que facilitara el contacto con mi tío se me ocurrió que le dijera que «se trataba de una “putita” muy tierna, que le encantaría lo bien que le mamaría la verga e, incluso, le lamería el culo metiendo y sacando su lengua como nunca lo habría conseguido con su esposa.» Yo sabía que con estas sugerencias mi tío no tardaría en sospechar que esa putita que le encarecía Ramón sería yo misma puesto que así fue como le lamí y le folle el culo con mi lengua, con muchísimo agrado por su parte como pude comprobar al reconocerme que nunca lo había logrado con su esposa y que ni siquiera hubiera pasado por la imaginación mojigata de mi tía. En cambio, aunque me importara poco que mi tío supiera que se trataba de mí, sí que me preocupaba que mi primo Nacho descubriera a su padre follándome compartida con él mismo. De todos modos no me volví atrás y mantuve que Ramón, pese a todo, auspiciara mis deseos.
Evidentemente, Ramón se prestaba a complacerme y yo pensaba que sería una buena salida para mi primo, retraído y reprimido – como yo lo consideraba – y no menos para su padre tan puritano como lujurioso. La orgía aseguraba la privacidad que ellos y yo misma necesitábamos. Solamente, con Ramón, convine una traición, por mi parte, para que me cubriera mis ojos de manera que me permitiera verlos desnudos y cómo gozaban conmigo.
Lo que no me esperaba fue que Ramón, como dándome a entender que yo iba sobrada de prejuicios sobre mi primo y su padre, que me confesara que también mi tío, después de haberme cogido a mí, le cogió a él obligándole a travestirse y llamarle reiteradamente, mientras le follaba, puto proxeneta. Más aún me sorprendió que me dijera que también mi primo le hubiera cogido a él, más de una vez y se la metiera por el culo hasta el fondo con enfebrecidas nalgadas y se la dejara mamar hasta enlecharlo. Cuando quise indagar más al respecto, sobre la tendencia sexual de mi primo, Ramón se calló sin querer darme más detalles, pero su silenció me dejó en la duda de saber si entre ellos dos – o quizás entre ellos tres – se ejercían sexualmente con turnos de ida y vuelta.
Quedé estupefacta, pero así y todo, no sé si con menos o más motivos, me dispuse a que Ramón diera satisfacción a mis morbosos deseos pese a esos inesperados condicionantes.
Y llegó el día, en casa de Ramón:
– Aquí tenéis a la putita – dijo Ramón mientras me los acercaba desnudos con la única prenda de una venda negra bien amarrada a sus ojos – ¡Tocad, tocad… es toda vuestra! ¡Que comience el festín!
Las manos de Nacho se posaron en mis mejillas, las acarició y acercó su boca a la mía con un suave beso que le devolví sujetándole del cuello y presionándole mis labios con la boca abierta y mi lengua tratando de abrirle la suya que abrió y nuestras lenguas se ensortijaron con lamidos y mordisqueos en los labios. Así estuvimos largamente Nacho y yo, mientras tanto que mi tío con una mano en mis pechos y otra en mis genitales no paraba de restregarme su verga en mi entrepierna para entroncarla, por detrás, en mi vagina y, de vez en cuando, frotar mi raja y tratar de metérmela por el culo. También mi primo, en cuanto pudo, me folló a sus anchas, por delante y por detrás, mientras mi tío – que, por lo que yo ya sabía, no me sorprendió – unía nuestras dos cabezas a la suya para morrearnos los tres y entornillar nuestras lenguas ensalivadas y babeantes. Yo, a veces, trataba de liberarme de sus manoseos y penetraciones, para cogerles sus vergas que tanto ansiaba volver a verlas turgentes y poder manosearlas blandiéndolas como fuetes y lamer el pre-cum de sus capullos que cada vez afloraba más viscoso. Ellos, mientras tanto, se alternaban en sus acciones o coincidían con caricias, mordisqueos, pellizcos y manotazos en mis nalgas hasta dejarlas crispadas, ardientes y enrojecidas o, tirando de mis pezones, duros y erectos con las areolas encrespadas por sus tirones, manoseos, mamadas, chupadas y lamidos. Con todas esas alternancias, volviendo una y otra vez a penetrarme, el uno o el otro, por delante y por detrás, entre gemidos, suyos y míos, nos corrimos casi simultáneamente los tres: mi primo dejándome su semen en mi boca mientras se la estaba mamando como una corderita anhelosa y mientras que mi tío me dejaba sus leches, con fuertes nalgadas, en lo más profundo posible de mi recto.
Al momento, como enloquecida y sin tregua, como quien cumple una promesa, me puse a lamer y follar con mi lengua enlechada el culo de mi tío; mi primo, con su verga bien paradita, dejaba que mi tío se la mamara y gustara de su verga embadurnada de los restos de semen.

Comentarios Facebook

jcpepar no está en línea   Responder Citando

compartir
                 
remocion sep Gold sep Silver sep Donar

marcaNo Calculado   #1.5
SponSor

avatar
 
Me Gusta denunciando
Estadisticas
Mensajes: 898.814
Me Gusta Recibidos: 75415
Me Gustado Dados: 62988
Fecha de Ingreso: 02 jun 2006
Reputacion
Puntos: 1574370
Ayudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen camino
emoticon Re: Reencuentro

 
Los mejores licores
 
   
   
_______________________________________________
Publicidad :)
conectado
 
Page generated in 0,09355 seconds with 12 queries