Las reacciones de compañías como Coca Cola o McDonalds no se han hecho esperar ante la iniciativa de las autoridades de Nueva York, de prohibir la venta de bebidas azucaradas y gaseosas de más de medio litro en esa ciudad, para luchar contra la obesidad.

Según los representantes de esas empresas, esta decisión no es una forma eficaz para hacer frente a ese problema y, restringe la libertad de elección de los consumidores.

La medida anunciada por el alcalde de la Gran Manzana, Michael Bloomberg, prohibiría la venta de grandes envases de bebidas azucaradas en restaurantes y cines. La norma se aplicaría también a los vendedores ambulantes y los estadios, pero no a los supermercados.

Con esta orden se impediría a dichos establecimientos ofrecer bebidas azucaradas de más de 16 onzas, equivalente a casi medio litro. En estas categorías entran los refrescos, el café, el té y las bebidas de frutas con azúcar. Los refrescos sin calorías o light, los jugos o los cafés con leche estarían exentos.

“Los neoyorquinos merecen algo mejor. Ellos están en condiciones por sí mismos de decidir qué bebidas comprar”, señaló en un comunicado Coca Cola. Asimismo, el mayor productor de refrescos subraya que los envases de sus productos ya vienen con la información sobre la cantidad de calorías que contienen.

Por su parte McDonalds recalcó, que “los problemas de salud no se pueden resolver a través de una errónea prohibición”.

Este proyecto de ley es una más de las iniciativas con las que Bloomberg busca frenar la creciente tasa de obesidad de la ciudad, donde más de la mitad de los adultos son obesos o tienen sobrepeso. Problema que también afecta al 40% de los niños de las escuelas públicas, según datos oficiales.

No obstante, las dos grandes compañías consideran que las autoridades de la ciudad deberían adoptar otras formas más eficaces para combatir “la epidemia”, y dejar de presionar a los fabricantes y distribuidores de refrescos.