| Denunciante Titán
 |  Respuesta: ¡¡Esclavizada por el chantaje!!!
esclavizada por el chantaje
Parte 3
Me quedé con la cabeza gacha, las manos en la espalda, las piernas abiertas y todavía un poco encorvada mis rodillas para que mis caderas permaneciera inclinada hacia adelante, demostrando mi gesto de sumisión, en un intento de sensibilizarlo para que me pegara con menor intensidad. Él aprobó moviendo la cabeza de manera positiva, pero aún así exigió más de mí, ordenando:
- Linda pose, simplemente extraordinaria, pero puede mejorar aún más. Quédate también en las puntas de los dedos de los pies y no los baje sin mi permiso.
Cuando pensé que yo estaba humillándome al máximo, él lograba superarse con nuevas ideas. Mi suerte es que hice ballet durante muchos años de mi vida y tenía una buena resistencia a ponerme de puntillas. Así que mi postura se puso en práctica de la forma en que ordenó, empezó a frotar la varilla a través de mi cuerpo para comprobar mi equilibrio y de mi sumisión. Después de mucho tiempo deslizando la varilla a través de los labios de mi vagina, en un gesto brusco y rápido, golpeó con toda su fuerza, el interior de mi muslo izquierdo. Dejé escapar un aullido de dolor. Cerré los ojos con todas sus fuerzas para soportar el ardor sin moverme. Empecé a llorar sin ritmo, pero aun así le dije:
- SEIS. Gracias Señor, por enseñarme.
Retrocedió un poco para verme mejor de los pies a cabeza y estaba disfrutando mi posición humillante, completamente desnuda y abierta, de puntillas, llorando mucho y todavía ofreciéndome a paliza.
- Wow, no me aguanto más, me estoy casi gozando, esto es demasiado. En ese momento, yo debo ser el hombre más envidiado del planeta.
Una vez que terminó la frase, le salió una estruendosa carcajada. Se acercó despacio, se puso a mi lado e imponiendo la varilla en el aire, golpeó una secuencia muy rápida de los tres golpazos seguidos sin la más mínima posibilidad de recuperación. El primer hit en la parte inferior del abdomen, el segundo en la ingle y el tercer en los labios de mi vagina. Yo gritaba incontrolablemente por el dolor, a pesar de seguir en la position inmovilizada posición. Mi llanto lo divertía mucho, pues mientras yo lloraba en voz alta, él examinaba con los dedos las marcas en mi cuerpo como se nada. Una vez que sus dedos examinaran a fondo los lugares donde pegó, temblando yo lograba decir con un gran esfuerzo:
- Siete, Ocho y Nueve. Gracias Señor, por enseñarme.
Así que acabé de hablar, él agarró por los pelos con tal fuerza que me llevó fuera de mi posición, porque tenía que perder el equilibrio. Luego me dio un escupitajo en la cara y dijo:
- Perra estúpida, se más creativa para agradecer, sólo puede hablar una misma cosa, estoy empezando a cansarme, pero ...
En aquel momento yo sólo tenía una certeza: él sabía lo mucho que yo estaba en sus manos, porque los momentos de dolor y humillación estaban llegando cada vez a más altos niveles y sometiéndome sin la más mínima posibilidad de encontrar una salida. El temor que yo sentía fue tan intenso que me tomé la iniciativa de humillarme aún más, con la esperanza de conseguir un poco de alivio. De inmediato puso a cuatro patas y comencé a besarle los pies mientras le decía:
- Señor, estoy aprendiendo que no soy nada delante de mi dueño y yo tengo mucho a evolucionar.
Mi acción ha dado resultados inmediatos, ya que él me ha permitido que me quede besando sus pies en lugar de tener que levantarme y seguir con los golpee. En realidad, yo estaba momentáneamente cambiando humillaciones y dolor, pero él siempre lograba superarse:
- Bueno, muy bueno perra, estoy disfrutando ver, pero vea como mis zapatos están sucios, lámelos hasta que se queden limpios.
Sentí una gran cantidad de asco y ganas de vomitar, pero aún me controlé y empecé a lamer toda la superficie de ambos zapatos. Lo único que importaba en ese momento era posponer un poco los azotes. En cierto momento, él dio un par de toques con el zapato en mi boca para que me alejara y luego dijo:
- Me sentaré en la silla, no voy a quedarme parado, quiero ver el show. Ven... Sigue con la limpieza con la lengua.
Me acerqué y seguí a lamer cada pedacito de sus zapatos. De repente: VAAAPT. Sentí el golpe en mi nalga. Respiré hondo y dije:
- DIEZ - Gracias Señor por hacerme sentir tanto dolor, yo merezco todo el castigo.
Él mostró su satisfacción por mis palabras de gratitud y de la humillación y luego continuó:
- Muy bien, chica. Veo que mis zapatos ya están limpios, buen trabajo, está empezando a aprender, pero ahora quiero que te sientes acerca de cada uno y frota con tu coño para brillar.
Fue muy humillante, pero el miedo era tanto que casi al instante obedecí. Él cruzó la pierna izquierda sobre la derecha, haciendo su zapato izquierdo colgando en la cima.
Siempre con la cabeza gacha, me posicioné de rodillas y puse su zapato entre mis muslos. Bajé mis caderas hasta tocar los labios de mi vulva en sus zapatos y luego comencé frotarme en actos continuos idas y venidas. Creo que llegué a hacer casi 9 o 10 idas y venidas en su zapato y luego él estalla:
- No aguanto más, estoy a punto de venirme, eso es maravilloso... MÍRA… ES MUY BUENO...
En un gesto desesperado él desabrocha los pantalones y expone por primera vez su miembro. Yo no tenía mucha referencia que decir sobre el tamaño, porque hasta entonces yo sólo había visto a mi novio, pero una certeza que tenía, era más grande y más grueso que mi novio.
Recuerdo que me sentí muy avergonzada y  ada. Yo no sabía qué hacer. Rápidamente él me jala mi cabeza hacia su miembro y dijo:
- Nunca había sentido mi verga tan dura por lo que creo que sería capaz de romper una piedra con él. Mirá lo que lograste perra. Debes de estar muy orgullosa de dar placer a tu dueño. Ven. ¿Qué esperás? Ya es tiempo. Vení a chupar, a veeeer copmo chupaaa la putitaaa....
Yo sabía que a cualquier gesto de repulsión podría ser penalizada, y yo ya no quería sufrir tanto, por lo que no me tardé mucho tiempo, y empecé a lamer su miembro duro.
- Estoy a punto de venirme, no quiero que te quedes lamiendo como una puta, otra ves lo haces. Ahora quiero que la pongas toda en tu boca y apreta bien los labios para aumentar mi placer.
Obediente, abrí la boca y traté de tragar todo su miembro. Apreté los labios y intenté quedé deslizando mi boca un tira y afloja, pero no por mucho tiempo. Rápidamente sentí su miembro duro palpitar dentro de mi boca. Como se fuera entrar en erupción. A pesar de tener sólo la experiencia del sexo oral con mi novio, me di cuenta que él estaba a punto de venirse.
Las pocas veces que había chupado a mi novio, él siempre advirtió cuando estaba a punto de venir para quitármelo de mi boca y seguir con las manos, pero sospechaba que el cabrón no me permitiría hacer eso.
Mis sospechas se confirmaron menos de 10 segundos, ya que justo antes de estallar en gozo, él rugió como un animal y me sostuvo la cabeza por el pelo, por lo que me fue imposible sacármelo. Así que no tuve otra alternativa que tragar todo que salía de él.
La primera eyaculación me dio un susto enorme y llegué dar un pequeño grito ahogado porque había alcanzado el fondo de mi garganta haciéndome vomitar.
Yo no pude contenerme y demostré la cara de asco y el impulso de sacármelo la boca. Él se percatando, exclamó:
- VÁS A TRAGAR HASTA LA ÚLTIMA GOTA DE ESPERMA, SINO TE MATARÉ, PUTAza, SOY CAPAZ DE MATARTE DE UNA PALIZA.!!!!!!!!!!!!!!
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