| Denunciante Titán
 |  Respuesta: ¡¡Esclavizada por el chantaje!!!
- Cerrá la puerta y quedate de pie dentro de ese círculo dibujado en el suelo delante de la silla ; dejá el bolso sobre la mesa
En ese momento tuve ganas de salir corriendo. Traté de controlarme para no echar todo a perder. Pensé en mi padre viendo las fotos y muriéndose decun ataque de corazón. Creo que me quedé casi un minuto delante de la puerta, hasta que decidí moverme. Cerré la puerta y ubiqué el círculo en el suelo que el cabrón había asignado. El círculo había sido improvisado con cinta crepe y estaba cerca de un metro de diámetro. Puse mis cosas sobre la mesa y me quedé dentro del círculo.
Se paró en silencio con un vaso de whisky. Se acercó y se sentó en el sillón que estaba por delante de mí. Por primera vez lo vi. Era un hombre de pelo gris en los lados, fuerte y aparentaba tener unos 45 años. Completamente desconocido. Sus maneras me despertó una furia y le hablé dije casi sin control:
- ¿Por qué no toma el dinero y me deja en paz?
Con una sonrisa, respondió:
- Claro que voy quedarme con el dinero, pero quiero más que eso, quiero tu obediencia.
En ese momento se extendió su brazo hasta la mesita que estaba junto a él y agarró mi bolso. Sin ceremonia, abrió la bolsa y tiró todas mis pertenencias en su regazo. Yo reaccioné de inmediato:
- ¿Qué estás haciendo? ¿Quién te dio permiso para mover mis cosas?
Sin hacerme caso, continuó a jugar con todo hasta agarrar el dinero y el resto lo tiró al suelo. Mantuve la boca abierta al ver la audacia de ese hijo de puta. Con mucha rabia me dije:
- Bien, ahora que tienes el dinero, estamos a la mano, me voy y espero que cumpla su promesa.
Me miró con semblante serio y dijo:
- Te he dicho que deseo tu obediencia y eso es lo que demando a cambio de mi silencio.
Esas palabras me enojaron mucho porque no sabía de que estaba hablando. Sin decir nada, me puse en cuclillas y empecé a recoger mis cosas del piso para irme de allí, mientras él seguía mirándome. Agarré mi bolso y mis apuntes y salí del círculo hacia la puerta, fue cuando dijo:
- Mi equipo está preparado para enviar todas sus fotos a varias direcciones que estaban en su catálogo, incluyendo a su padre, basta cliquear el icono de “ENVIAR”. Si salís por esa puerta, voy a hacerlo de inmediato y antes de llegar a tu casa, todos sabrán de tus registros eróticos. ¿Será que el corazón su papito aguantará? Leí uno de sus e-mails diciendo a una amiga que tiene mucho miedo por su salud. Estoy seguro de que si ve estas fotos tendrá un gran  o de su niñita...., y esto es lo peor que le puede suceder a un padre... No querés ser responsable de su muerte, ¿verdad?
Me puse a llorar compulsivamente delante de la puerta, y el esperó pacientemente a que me quedase más tranquila. Le dije entre lágrimas:
- ¿Qué pretende usted de mí?
Antes de responder, él tomó un sorbo de whisky y luego dijo:
- Quiero tu obediencia ciega para empezar, vuelve al círculo, y sólo abrís la boca cuando te yo la permita.
No tuve más remedio. Dejé mis cosas en la mesa y me puse de pie delante de él, dentro del círculo. Me miró del pié a cabeza en silencio. Me sentía desnuda con su mirada maliciosa. Después de un rato, se levantó, fue a un bar que había en la habitación, repone su vaso de whisky y regresó con un vaso en una mano y con una larga vara de madera en la otra mano. Se sentó delante de mí y dijo secamente:
- Quítate toda tu ropa.
- ¿Qué? ¿Quitarme la ropa? ¿Está loco?
- Tú sabrás perra. O te quitas la ropa y quedás encueradita sólo para mí, o todos tus amigos te verán encuerada través de tus fotos... La decisión es tuya.
Me puse a llorar continuamente a punto de llorar en voz alta. Yo fue criada con mucho pudor y aunque el cuerpo bien hecho, me siento muy avergonzada. La única persona que me vio desnuda fue mi novio y me tomó mucho tiempo antes de que esto ocurriera. Pensé: "¿Cómo estar desnuda delante de un extraño y mucho mayor que yo?" Era de la edad de mi padre. Me quedé mucho tiempo, pensando en todo lo que podía suceder. Por mucho que yo pensaba, no podía ver la salida hasta que el perdió la paciencia y me pegó con la vara en mis piernas.
- Vamos, te di una orden, te estoy esperando... Que estoy loco por tenerte desnudita, perra desvergonzada.. Soy duro y siempre obtengo lo que quiero...y toda mi vida he querido ver a una chica de su edad desnudarse sólo para mí.
El dolor de la varilla en la pierna dolía mucho y me quejé:
- Eso duele, pare o me voy.
Se rió y dijo:
- No lt creo. No estás tan loca como para matar a tu padre.
La ira se desbordó de mis ojos y exclamé:
- ¡Cabrón.!
Antes de concluir mi sentencia, me dio un segundo golpe con toda su fuerza sobre la otra pierna y gritó:
- Calláte puta, ya te dije que tenés que obedecerme en silencio. Quitate toda tu ropa ca-lla-di-ta. Y lentamente ..como la putita que sos..para que yo pueda disfrutar del espectáculo.
Me froté las manos en el lugar donde me golpeó, tratando de aliviar el dolor mientras lloraba mucho. Yo estaba temblando demasiado, mis piernas temblaban y me quedé inmóvil durante mucho tiempo, sin ánimo de obedecer. De pronto el se levantó del sofá, me cogió la barbilla con la mano y me dijo, mirándome a los ojos:
- ¡¡¡ Ya me cansé de ser condescendiente, voy a apretar ese maldito SEND y te me vas yendo bieeeen a la mierda.!!!!
Largó mi mentón y se dirigió hacia el ordenador. Una desesperación se apoderó de mí... a punto de gritarle llorando:
- PARE POR FAVOR. YO OBEDEZCO... SE LO JURO...
- Quiero obediencia ciega a todos mis órdenes, ¿vas a cumplirlas?
- Si, voy a obedecer... Se lo prometo.
Completamente dueño de la situación, continuó:
- ...Pero tiene que ser todo, todo, todo.
Desesperada por ver su dedo casi tocando el botón para enviar el e-mail, me aventuré a las últimas palabras:
- Hago todo lo que quiera, obedeceré en silencio, sin contestar, por favor regrese a la silla, deme una chance, no me haga esto, se lo ruego.
En ese momento yo no tenía dudas de quién era el dueño de la situación y que estaba totalmente en sus manos, porque yo no tenía como ocultar mi desesperación. Y el parecía disfrutar demasiado del horror que me estaba imponiendo ... continuó en tono amenazante:
- No sé... Me gusta la obediencia ciega a mis órdenes y estás dejando mucho que desear.
Completamente aterrada yo cambié la estrategia, en vez de mendigar de nuevo, me armé de valor, me tiré de la correa de mi vestido y lo dejé caer por completo a mis pies. Entonces me agaché, agarré el vestido y lo puse sobre la mesa de al lado, dejandome sólo las sandalias, y la ropa interior. Volvio a amenazar on el dedo en el botón y yo, en una medida más desesperada, le dije llorando y balbuceando:
- Por favor, siéntese aquí, venga a verme, venga a darme órdenes.
Con una enorme sonrisa en sus labios, dijo:
- Yo espero no tener que levantarme de nuevo para enviar tus imágenes, porque no habrá próxima vez, ¿entendés?
- Si... si... entendido. - Le respondí tartamudeando.
- Y a partir de ahora sólo me llamas Señor,eh?
- Si... Sí... Si... Señor.
Finalmente regresó y se sentó en la silla delante de mí. Para probar mi obediencia, él volvió a tomar mi bolsa y la abrió, tirando todas mis cosas en el suelo. Agarró mi vestido, y lo extendió sobre la mesa como se fuera una toalla y puso allí su vaso de whisky. Dándose por satisfecho, agarraba a la vara en la mano y tono amenazante, dijo:
- Qutate las sandalias de los pies, quiero conocerlos
En un movimiento lento, me puse en cuclillas para abrir lahebilla de la sandalia, pero inmediatamente sentí la punta del palo en mi barbilla obligándome a quedarme de pie. Yo realmente no entendí nada mostrando mi miedo a través de mis ojos. El simplemente dijo:
- Antes de cumplir mi orden siempre quiero escuchar de tu boca las palabras (sí, mi Señor) ... Muy femenina.
A pesar de la ira, el miedo era más grande y luego le dije:
- Sí mi Señor.
Volví a mi posición en cuclillas y me quité las dos sandalias. La mirada de satisfacción era innegable lo que me avergonzó. Como yo estaba de pie dentro del círculo prácticamente apoyada en él, me ordenó:
- Poné tu pie derecho en mi pierna.
- Sí mi Señor.
Obedecí sin ningún tipo de contestación. Él tomó mi pie en sus manos y se quedó mirando, revolviendo en cada dedo. Los abrió y miró,tiraba de ellos y hacía comentarios. Yo me sentía muy SUCIA por todo, pero me quedé inmóvil. Cuando él se dio por satisfecho, me dio una bofetada en mi muslo derecho y le dijo:
- Quitate el sujetador, dejame ver esas deliciosas tetitas en vivo!!!
Mis manos temblaban demasiado para abrir el gancho de tras del sostén, mi vergüenza era demasiado grande y esto le servía como una fuente de mayor placer a ese monstruo. Después de varios intentos, logré abrir el sujetador y tirarlo sobre la mesa. En un gesto instintivo e inconsciente, crucé los brazos sobre mis pechos buscando cubrirlos, pero pronto fueçí amonestada con un palo en mis muslos. Yo grité de dolor y rápidamente mis brazos ya no estaban cruzados pues mis manos querian acariciar la zona de dolor. Inmediatamente fuí advertida:
- ¡¡¡Jamás te cubras delante de tu Señor, guachita calentona, zorra..por el contrario, tu obligación es exponerte al máximo para mi placer!!!
Humillada y llorando le dije:
- Sí, mi señor.
El se levantó de su silla y comenzó a acariciar mis pechos largamente. Me apretó los pezones y dijo que estaban muy duritos. Prolongó mi vergüenza por varios minutos, hasta que se sentó de nuevo y me ordenó:
- Es hora de mostrarme tu cachuchita nena,,, quitate la tanguita....... - En ese momento el escuchó mi suspiro largo y claro de desesperación. Se rió y continuó: - ¿Alguna vez has estado desnuda ante un extraño? Jajaja ...
- No, mi Señor.
Mis manos temblaban mucho, tenía que concentrarme para conseguir recoger los lados de mi bombacha y jalar hacia abajo. Poco a poco fui tirando hasta que cayó a mis pies. Extendió las manos en un gesto de pedirlas, así que me puse en cuclillas y se la entregué en sus manos.
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