Los hechos ocurrieron en inmediaciones de la quebrada La Vieja.
Allí, delincuentes robaron, golpearon y mantuvieron amarradas a 22 personas que hacían ejercicio en ese paraje, colindante con el barrio Los Rosales.
De acuerdo con el relato de una de las víctimas, los atracadores salían al paso de los caminantes que iban por la ruta hacia el páramo -un trayecto que suelen hacer muchas personas, incluso en familia, y que no toma más de dos horas- y los obligaban a ir hasta un sitio ubicado a unos 150 metros, monte adentro, donde los amarraban.
La banda repitió este procedimiento una y otra vez, por algo más de dos horas, hasta reunir a un total de 22 personas.
"Nos amarraron y nos quitaron todo. Una mujer era la encargada de ir juntando el botín", cuenta Luis Carlos Traslaviña, de 37 años, que camina por ese Cerro desde hace 8 años y que nunca había vivido algo similar.
"Estaban armados con al menos tres revólveres y vestían ropa deportiva profesional de alta montaña. No parecían delincuentes -agregó-. Yo hago senderismo en este lugar desde hace mucho tiempo y aunque había oído de robos nunca me había pasado nada similar".
Otra de las víctimas relató que los hombres los amenazaban contantemente con "meterles un pepazo" si no obedecían y que, incluso, un adulto mayor fue golpeado con la cacha de una de las armas. "Le rompieron el tabique", dijo.
La banda estaba compuesta por tres hombres armados y una mujer, narró Traslaviña.
El atraco 'colectivo' comenzó a eso de las 7:30 a.m. de ayer y los delincuentes se llevaron teléfonos celulares, iPods, relojes, joyas, cámaras fotográficas y hasta prendas deportivas.
El más agresivo de los atracadores, que estaba encapuchado, repetía constantemente que él ya había matado a varias personas y que si alguien se movía o gritaba no dudaría en disparar.
Las víctimas describieron a los delincuentes como personas muy jóvenes y no dudan de la presencia de algunos menores de edad en la banda.
Alberto Londoño, otra de las víctimas, narró que algunos de los retenidos fueron amarrados con los propios cordones de sus zapatos y que tras dejarlos descalzos, pues les quitaron los zapatos a todos, los delincuentes los abandonaron con la advertencia de que si se movían antes de dos horas se expondrían a un balazo.
"Al principio pensamos que era un secuestro, pero cuando nos empezaron a quitar las cosas nos tranquilizamos un poco", dijo Londoño.
El comandante de la estación de Policía de Chapinero, coronel Javier Perdomo, dijo que su unidad no ha recibido denuncia alguna de un atraco en los cerros, tras lo cual pidió a las víctimas acercarse a la Policía para poder iniciar la investigación respectiva