Ver Mensaje Individual
Antiguo , 16:07:24   #1
Guerra de las Malvinas: 30 años del hundimiento del crucero General Belgrano Calificación: de 5,00

Los mejores licores
El hundimiento del buque de guerra General Belgrano


Mi nombre es Marcelo Pozzo y era Conscripto Clase ‘62. Mi función inicial cuando fui destinado luego de la instrucción era de “chafa”, es decir, marinería general. En Febrero ‘82 pasé a la División Máquinas, dpto. Control de Averías, desarrollando funciones de furriel en tiempo de paz; cuando fuimos para el sur, cumplía guardia de control del tablero de alarmas, pero en zafarrancho de combate, era camillero/bombero en un grupo de control de averías (se llamaban “trozos”).



IMPACTO DE LOS TORPEDOS Y NAUFRAGIO

En mi caso particular, yendo de lleno a la experiencia vivida: a las 16:00 hs. del 2 de mayo de 1982, dejé la guardia que cumplía en (por suerte) el interior del buque, en la central de Control de Averías, y me tiré a hacer una siestita hasta la cena, ya que tomar la guardia nuevamente a las 00:00 hs. Me tiré vestido sobre la colcha de la cucheta y en el preciso momento que cerré los ojos, sentí un impacto muy fuerte desde abajo que me hizo golpear en la cucheta de arriba. Cuando caí, me envolvió una ola de calor, parecida a cuando abrís el horno prendido de la cocina, y solo atiné a cerrar los ojos y gritar.

Esto habrá durado un par de segundos, y en ese momento vi pasar mi vida en imágenes, como fotos (¡como en las películas!), impresionante. Cuando pasó el lío, me paré y escuché gritos y un silencio muy particular. Después me di cuenta de que era el silencio del buque: en navegación todos los buques mantiene un rumor (de las máquinas) que les da cierta vida. Llegué a la salida a cubierta y vi que desde cubiertas más bajas subía gente, ¡en forma ordenada y tranquila!; lo que en ese momento no entendí era que todos me cedían el paso y me alentaron a salir.

Así que accedí y cuando salí a cubierta esperaba ver algo destruido, pero parecía que todo estaba en orden. El temor que corría entre colimbas eran los Exocet; durante varias noches el tema de sobremesa era cómo reaccionaría el barco ante un misil y las fantasías que corrían eran típicas de la edad. Cuando me doy vuelta veo que por el tambucho (escotilla) por donde salí yo salió un amigo mío, bastante quemado, y le pregunté qué había pasado a lo que me respondió “nos torpedearon, bolu...”. Después, cuando compartimos la sala del hospital me contó su experiencia, y es un milagro que él también la cuente...

Volviendo a lo mío, miré el piso y vi un charco de sangre y me dije “zas! alguien salió herido!” y cuando presté atención, el herido era yo: me sangraban los pies por haber caminado descalzo sobre los vidrios rotos hasta la escalera, me faltaban las media de nylon con las que me había acostado (sólo quedaba el elástico) y tenía la piel hecha jirones desde la rodilla hasta la planta del pie; tenía el antebrazo derecho hasta la mano totalmente quemados y un ampollón desde la muñeca hasta el dedo meñique; como me vi lastimado, y te aclaro que no sentí nada, creo que un poco por el frío que hacía y otro poco, me dijeron después, por los gases de la explosión, me fui para la enfermería.

Te aclaro que hasta acá lo llamativo era el orden que reinaba entre todos: la oficialidad daba las órdenes a viva voz, porque como no había energía no había sistemas de comunicación, todo el mundo obedeciendo: Control de Averías en su tarea, tratando de mantener el buque a flote, los enfermeros atendiendo a los heridos y el resto entrando y saliendo del interior del buque en busca de gente atrapada, con varios focos de incendio que se anunciaban por un humo negro y espeso que salía del interior. Pero lo más importante fue la sangre fría y el autocontrol que teníamos todos: como yo era Control de Averías, cuando llamaron a cubrir funciones salí corriendo a mi puesto, pero un suboficial me vio y me ordenó ir a la enfermería.

Este es uno de las primeras enseñanzas de nuestra experiencia: sabemos que cuesta mucho y cada uno responde de diferentes maneras ante la misma situación, pero es fundamental mantener la calma y la claridad mental, no dejarse llevar por el momento y asignar las prioridades debidas a cada problema. Por otro lado es importante el entrenamiento: nadie quiere, ni siquiera piensa, que su embarcación puede naufragar ; es necesario estar preparado, simulando en los ratos de ocio a bordo como sucedería y como debería reaccionar ; al menos, tener muy claro (memorizando si es necesario) donde está cada elemento de supervivencia a bordo y transmitirlo a los tripulantes / acompañantes. Sí, es un plomo, pero nadie está exento. Mi abuelo decía “nunca digas nunca...”.



ABANDONO DEL BARCO

Acá vamos con el relato: cuando el zumbo me mandó a la enfermería hacia allá me dirigí. En el camino encontré a los enfermeros, que llevaban en andas a los internados (había 2 recién operados de apendicitis) acercándolos al puesto de abandono, y me mandaron directo al mío. Hasta ahí, como si nada: el único temor que tenía era clavarme alguna astilla de la teca de cubierta por andar descalzo, cosa que obviamente no sucedió. Mi puesto de abandono y la balsa a la que estaba asignado estaba “colgada” a estribor de la torre 5, la torreta de cañones ubicada mas a popa. Mi balsa era la N° 63, así que como en ese momento andaba por el medio del buque me encaminé hacia la popa. En el camino seguí viendo a mis compañeros de Control de Averías tratando de encender unas bombas de achique portátiles. En el camino me cruzó otro colimba que venía con una montaña de mantas con un tajo al medio, tipo poncho, que usaban los que hacían guardia en cubierta (para protegerse del superfrío que hacía) y al verme desabrigado me ofreció una; ¡qué rescatable! el barco se hundía y a un tipo se le ocurrió repartir mantas entre los compañeros desabrigados; a partir de eso estoy superconvencido que a la gente uno llega a conocerla SÓLO en los momentos límite.

Siguiendo el hilo, me puse el poncho y seguí caminando a popa. Para ubicarte, te cuento que el “Belgrano” tenía 182 m de eslora, así que todo quedaba lejos, ¿no? Cuando llego a mi puesto veo con sorpresa que la balsa 63 no estaba colgada; parece que con el sacudón del torpedo se saltó de la cama y cayó al mar. Te imaginarás mi cara de sorpresa y la de mis compañeros de balsa, así que disciplinadamente, pedimos autorización al jefe de la balsa de al lado para embarcar en cuando se dé la orden; en ese momento, escuchamos el grito de “Abandonen el barco”, feísimo! la escora era ya bastante pronunciada y costaba un poco mantenerse en pie; pegué un último vistazo a mi alrededor y vi varias imágenes impactantes: 1) había varias balsas ya infladas y en el agua, 2) la borda de babor estaba en el agua y la gente accedía a las balsas dando un pequeño saltito, 3) vi gente muy quemada, totalmente negros, calcinados, 4) el grupo de buzos tácticos armando un gomón con motor, 5) el 2° comandante parado en el puente, gritando con las manos cerca de la boca (a modo de bocina) la orden de abandono, 6) el orden y tranquilidad que reinaban.

El suboficial a cargo de mi nueva balsa me sacó de esa escena, algo surrealista, y me indicó que por estar herido, me cedían el paso para descender a la balsa. La cosa por estribor se puso algo más complicada, ya que el buque escoraba a babor y el casco asomaba bastante por la banda contraria.

Alguien colgó un cabo para descender, así que empecé a bajar (descalzo!) tipo Batman, hasta que hice pie en un ojo de buey; como el resto venía bajando conmigo, me apuraron a tirarme; el mar columpiaba la balsa en ondas de unos 15 m, de un lado a otro, así que calculé la trayectoria, me encomendé a Dios, y me tiré; con suerte caí en el techo de la balsa y salté como resorte para meterme adentro; me acurruqué y sentí como caían uno a uno mis compañeros. Algunos le erraron (¿o va con hache?) y cayeron al agua y solo pudimos rescatar con vida a 2 de ellos: los otros 3 murieron en poco tiempo, por hipotermia: luego de chapotear algunos minutos quedaban duros, con el chaleco salvavidas (¡qué ironía!) inflado, flotando. El petróleo que había en el agua hacía muy difícil recuperar al que erraba a la balsa, se resbalaban y no podíamos agarrarlos de ningún lado y como la balsa era casi redonda, el movimiento y gobierno de la misma par a ir a buscarlos se hacía muy difícil.

Cuando no vimos a nadie más en cubierta decidimos cortar el cabo de amarre; en ese momento el buque estaba casi volcado sobre babor: veíamos perfectamente el fondo, el eje de una de las hélices, los planos antirrolido, las incrustaciones calcáreas. Como la porta de acceso a la balsa era muy pequeña, me metí y dejé al resto que remara para separarnos del barco. En un momento, comenzaron a gritar “¡Se hunde!” y ¡estábamos a 5 m del casco! El silencio que se hizo confirmó que todos pensábamos en lo mismo: nos chupa la succión y no contamos el cuento; un cabo primero que tenía a mi lado me abrazó llorando, y lo imité.

En ese momento vi nuevamente mi vida en imágenes y algo más extraño: vi la situación desde otro ángulo de vista, como si estuviera 15 m por arriba. Muy extraño. Me sacudieron de esta situación los gritos de mis camaradas: “¡viva la patria!”, “¡viva el Belgrano!” y todos comenzamos a rezar. Creo que Dios nos escuchó, porque en ese momento aparecieron los buzos tácticos que con su gomón trataban de separar las balsas una a una (otra actitud rescatable, ¿no?); nos alejaron unos metros pero igual sentimos el movimiento de la balsa hasta quedar sobre el lugar donde se hundió. Sentimos algunas explosiones submarinas y nos preparamos a pasar la noche. Ni nos imaginábamos por la que nos tocaría pasar de ahí en adelante...[/SIZE]

Comentarios Facebook

__________________
EL PIRATA APORTA Y OPINA
LE GUSTA EL BUEN ROCK&METAL
SIEMPRE PELEA POR SU BOTÍN


Última edición por _MALCON_; 02-05-2012 a las 18:48:16
Luisypher no está en línea   Responder Citando

compartir
                 
remocion sep Gold sep Silver sep Donar

marcaNo Calculado   #1.5
SponSor

avatar
 
Me Gusta denunciando
Estadisticas
Mensajes: 898.814
Me Gusta Recibidos: 75415
Me Gustado Dados: 62988
Fecha de Ingreso: 02 jun 2006
Reputacion
Puntos: 1574370
Ayudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen camino
emoticon Re: Guerra de las Malvinas: 30 años del hundimiento del crucero General Belgrano

 
Los mejores licores
 
   
   
_______________________________________________
Publicidad :)
conectado
 
Page generated in 0,09202 seconds with 12 queries