Denunciante Notable
| Respuesta: Historia del Día de los Trabajadores El reinado del terror El reino del terror, que se iba extendiendo a muchas otras ciudades, se orientó a los dirigentes sindicales como las primeras víctimas. En las semanas siguientes se arrestó a toda la junta directiva de los Caballeros del Trabajo, del distrito de Milwaukee, y se le acusó de "sedición y conspiración". Cuatro dirigentes de los Caballeros del Trabajo de Pittsburg fueron también encarcelados y acusados de conspiración, mientras que en Nueva York toda Adolph Fischer la junta directiva del Distrito 75 de la misma organización fue arrestada, acusada también de conspiración por haber dirigido la huelga de la Tercera Avenida Elevada. John Swinton declaró: "La clase trabajadora de Nueva York está viviendo bajo el reinado del terror. Jueces corrompidos y la policía, que es esclava de los monopolios, están ahora arrestando a los ciudadanos en número incalculable." Parsons, que presintió enseguida que la bomba había sido arrojada por un agente pagado, y que él era uno de los primeros candidatos a ser acusado, logró escapar en medio de la confusión, inmediatamente después del atentado terrorista de Haymarket. Pocos días más Louis Lingg tarde, efectivamente, se le acusaba de conspiración en el asesinato de Mathias J. Degan, el policía muerto en Haymarket. Igualmente se hizo la misma acusación contra Spies, Fieldem, Michael Schwab, George Engel, Adolph Fischer, Louis Lingg y Oscar Neebe. De todos ellos, únicamente Spies y Fieldem habían estado en el lugar del estallido de la bomba. Parsons con su esposa y sus dos hijos, se recordará, habían estado en el bar de la esquina de Zepf’s, y pocas horas más tarde Parsons estaba fuera de Chicago en viaje a Cincinnati. Mientras la policía lo buscaba frenéticamente, él estaba en lugar seguro, dejando correr los días en lo alto de una colina que tenía vista hacia los pacíficos campos de Wisconsin. Pero le resultaba incómodo y difícil aceptar esa tranquilidad y esa seguridad, mientras sus compañeros estaban corriendo serios peligros. Aun sabiendo que lo iban a ahorcar si regresaba, sentía no obstante que no podía permanecer por mucho tiempo en su refugio en momentos en que se acusaba falsamente a sus compañeros, tan inocentes como él. George Engel En esa disyuntiva, aún perfectamente convencido -como tiempo después demostró el gobernador de Illinois John P. Altgeld, que había sido un hecho comprobado- de que iba a enfrentarse a un jurado predispuesto en su contra, a testigos perjuros y vendidos, a un juez decidido a hacerlo ahorcar a como diera lugar, él sin embargo decidió presentarse a esa caricatura de juicio. Sorpresivamente apareció en la Corte el día en que se reunía para tratar el caso, y expresó con altivez: "Nuestras Honorabilidades, he venido para que se me procese junto a todos mis inocentes compañeros." En confidencias a un amigo, le había manifestado con firme decisión: "Yo sé lo que estoy haciendo. Sé que me matarán. Pero me resultaba imposible estar gozando de libertad, sabiendo, como sé, que mis compañeros sufrirán condenas o serán ajusticiados, acusados de un crimen del cual son tan inocentes como yo". |