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Antiguo 01-04-2012 , 23:30:11   #3
BAJISTA
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Predeterminado Respuesta: El hombre que fue el cerebro de la paraeconomía

SEMANA: ¿La forma de pago cambia cuando ya se vuelven Convivir?

R.H.:
Totalmente. Ya nos dejaron de pagar en las tulas, consignaban en las cuentas. Nos quitamos un dolor de cabeza porque, cuando nos pagaban en efectivo acá en Medellín, nos tocaba mandarla en caletas en camiones a Urabá. No podíamos por el sistema bancario porque era mucha plata.

SEMANA: ¿Los ganaderos aportaban de la misma manera?

R.H.:
Los ganaderos no, ellos nunca aportaron a las Convivir. A los ganaderos les quedaba más fácil pagarnos directamente en efectivo. Con lo que pagaba el gremio ganadero manteníamos a los grupos de choque. Es que en las Convivir no podíamos meter a nadie en la nómina que tuviera orden de captura. Las Convivir no eran para matar gente, eran para legalizar los pagos de las empresas.

SEMANA: ¿Y la estrategia con los comerciantes cómo era?

R.H.:
El brazo militar entraba a un pueblo primero y acababa con todas las milicias urbanas de la guerrilla. Luego, reunían a la gente y les decían, "vean esta 'limpieza' la hicimos nosotros, las autodefensas. Fulanito se murió porque era el que les cobraba los impuestos, el que secuestraba y el otro, que andaba con el radio informando". Y en esas reuniones se les presentaba a la persona encargada de las finanzas que les explicaba. Entonces los de los almacenes daban la plata en efectivo a unas pequeñas estructuras y a los dos o tres meses estas pequeñas estructuras que operaban como urbanos ya eran autosuficientes. Chigorodó, Carepa, Turbo, Currulao se volvieron autosuficientes, compraban sus motos, sus radios, transporte, todo.

SEMANA: ¿Qué tanto poder en realidad llegaron a tener?

R.H.:
Entregamos las armas cuando más rentable era el negocio, cuando más fusiles teníamos, cuando más poder político teníamos. Mancuso hablaba del 35 por ciento del Congreso; ni siquiera Mancuso sabía todo el poder que tenía.

SEMANA: La expansión y el poder que alcanzaron también lo lograron gracias al narcotráfico…

R.H.:
Esa era una de las alternativas que tenía cada comandante de zona. Si yo necesitaba recursos, podía hacerlo, pero en el Urabá no hubo porque antes de entrar ya teníamos la financiación garantizada. Es más, controlábamos que no se utilizaran los barcos para el narcotráfico por condición de los empresarios bananeros.

SEMANA: ¿Ustedes utilizaron los barcos bananeros para traer armas?

R.H.:
Nunca fue en barcos bananeros. Yo participé en el ingreso de 4.200 fusiles a Colombia, que los trajimos de Bulgaria camuflados entre la urea, que es abono para el banano, pero los bananeros no tuvieron ninguna responsabilidad.

SEMANA: ¿Cómo encaletaron los fusiles y cómo los descargaron?

R.H.:
El barco llegó al golfo de Urabá y ya teníamos legalmente las licencias de exportación de esa urea. Se contrató a Banadex, que era filial de Chiquita, porque era la única empresa que tenía la infraestructura para descargarla en contenedores y a granel.

SEMANA: ¿Banadex sabía lo de los fusiles?

R.H.:
No, se dieron cuenta a las 12 de la noche, porque cuando estaban bajando la urea se partió un palo y, cuando cayeron los sacos, también cayeron las trompetillas de los fusiles. Nos tocó asegurar una lancha con tropa para que no dejaran bajar a nadie del barco, y ya todo el mundo empezó a trabajar obligado. Torcimos a un cabo de la Policía con un cuento de que venía un contrabando de urea y que habíamos pagado impuestos por 1.000 bultos, pero venían 2.000, y le pedimos que nos dejara sacarlos. ¿A ese policía sabe qué le dimos? Tenían 14 camarotes en la estación de Policía y ninguno tenía tablas ni colchonetas, y el techo era de Eternit y estaba roto. Eso costó millón y pico de pesos. No hubo que pagarle comisión en esa vuelta.

SEMANA: ¿Qué tanto poder llegaron a tener sobre la Policía y el Ejército en Urabá?

R.H.:
Todo el mundo nos copiaba. Yo mandaba, no directamente, pero indirectamente. Ejército, Fiscalía, Policía, DAS, Sijín, todos los organismos nos copiaban. A nosotros nos llegaba toda la información, armábamos un solo informe y se le mandaba a todo el mundo. La gran mayoría de operaciones en Urabá fueron conjuntas.

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