Una comisión independiente afgana sobre los derechos humanos, en colaboración con el Instituto Open Society Foundation, presentó un informe de 67 páginas que denuncia las torturas de los presos por parte de los servicios de seguridad de Afganistán.

La investigación, que se realizó en el período de febrero de 2011 a enero de 2012, revela que en nueve cámaras aisladas de la dirección de la seguridad nacional y unos cuantos centros penitenciarios del Ministerio afgano del Interior regularmente se tortura a los presos para sacarles testimonios "necesarios".

En particular, se precisa que los que están en el sumario han sido sometidos a violaciones sexuales, torturas con electricidad y palizas.

Los defensores de derechos humanos exhortaron al Gobierno afgano a despedir de sus puestos a los jefes de los centros penitenciarios y abrir diligencias penales contra ellos. También se exigió que se asegure el acceso a los presos.

Además, la comisión independiente dio unas recomendaciones al Gobierno afgano sobre el aseguramiento de los derechos humanos de los presos.