Respuesta: Mi cabeza está en peligro En un mundo cuadriculado, donde los malos y los buenos son los únicos posibles, donde no hay tonalidades sino blancos y negros, donde las verdades reveladas reemplazaron la razón, donde salirse de la fila es un pecado mortal, es difícil opinar.
La independencia es primordial. No afiliarse a partidos, a dogmas, a personas, al poder mismo proporciona la suficiente objetividad para poder opinar. Esto lo hará blanco de los que no estén de acuerdo y recibirá los aplausos del bando contrario.
Por eso entiendo a Robert Fisk y sus justos reclamos. Su objetividad es un peligro y por eso lo quieren acallar con la calumnia, la amenaza o los apelativos. Pero por lo que se ve, es un hueso duro de roer. Bien por él. Es un ejemplo a seguir. |