En su columna de hoy en El Tiempo, Guillermo Maya nos cuenta como algunos de los economistas de la escuela de Chicago, que ven al mundo solo en términos de rentabilidad, argumentaron que los terratenientes esclavistas no carecían de racionalidad en su modelo productivo. Claro; como los balances no mostraban números rojos importaba muy poco que algunos actores de la sociedad si tuvieran que ver sus cuerpos bañados de rojo.