Ayer comentaba con unos amigos lo que debe sentir un tipo como Uribe que tuvo a Colombia a sus pies, que se dio el lujo de acorralar a uno de los poderes (la justicia) y tuvo de rodillas al otro, que vio cómo en los medios, en las encuestas, en los consejos comunales, sólo alabanzas recibía.
¿Qué sentirá Uribe?
No hace mucho, ni siquiera dos años, se le llegó a considerar como el mejor presidente de la historia, el salvador de Colombia, el irreemplazable, un dios cuyas sentencias eran inapelables.
Un dios que separaba las aguas declarando a los que lo apoyaban como los buenos y a los que se atrevían a criticarlo como terroristas, guerrilleros, enemigos de la Patria, su patria.
¿Qué sentirá Uribe?
Sus temores se hicieron realidad. Cuando sintió que la podredumbre invadía su Casa de Nari, trató por todas las formas de blindarse con una fiscalía de bolsillo y una Corte Constitucional poblada de amigos suyos.
No lo consiguió y por el contrario su obra, una especie de tercer Reich que iba a durar mil años, es desmontada en meses, y se pone al descubierto la corrupción bajo la estatua que se edificó.
¿Qué sentirá Uribe?
No sólo se descubrieron la ineptitud y la corrupción, sino también el fraude detrás de su Seguridad Democrática con la imputación de cargos a su Comisionado de paz que, como vulgar ladrón, huyó de la justicia.
Poco queda de su entorno íntimo. Unos en la cárcel o a punto de ir a ella, y otros prófugos o asilados, tan sólo le queda defenderlos en las soledad de su twitter que desparrama su ira sobre todo contra su sucesor.
Santos le puso conejo. No sólo desmontó su patria uribista sino que se dedicó a escarbar en sus rincones para encontrar sus guardados, de la mano de sus "enemigos" como Vargas Lleras, Pardo o Juan Camilo Restrepo.
¿Qué sentirá Uribe?
Su soledad debe ser terrible. Su patria, la que moldeó a imagen y semejanza suya, sobre la que cabalgó durante ocho años, quedó reducida a eso, a 140 caracteres que ya no encantan a nadie.
Tan sólo burla o conmiseración causan sus lacónicos mensajes. Sin poder, sin amigos, el hombre del siglo se convirtió en la mayor estafa que se recuerde.
Qué sentirá Uribe?