Oliver Morgan nació casi sin sangre. Los médicos lograron salvarlo a pesar de tener una rara enfermedad. Durante su estancia en el útero cada gota de sangre de su sangre pasaba al cuerpo de la madre.
En un principio, los médicos pensaron que el bebé había nacido muerto, ya que les fue imposible encontrar el latido de su corazón hasta pasados 25 minutos, según informa el Telegraph.
Sin embargo, después de hacerle un leve masaje cardiaco, ponerle oxígeno y hacerle una transfusión de sangre, el bebé sobrevivió. Ahora, 15 meses después, su salud es estable.
La madre de Oliver recuerda con dolor que el "nacimiento de Oliver fue tan traumático que no he sido capaz d e contar su historia hasta ahora. Él nació muerto, sin sangre en su cuerpo, pero ahora está sentado aquí. Los médicos literalmente lo devolvieron a la vida y nunca voy a ser capaz de agradecerles lo suficiente por este maravilloso regalo".
Oliver fue víctima de una rara enfermedad llamada Vasa Previa que se da cuando los vasos sanguíneos fetales de la placenta o del cordón umbilical cruzan la entrada hacia el canal uterino, por debajo del niño, e l bebé va perdiendo así cada gota de su sangre. Es una enfermedad extraña, ocurre en 1 de cada 2.500 o 3.000 nacimientos, con un promedio de mortandad fetal de hasta 95 por ciento si no se diagnostica antes del parto. /telecinco.es