¿Qué dirá el presidente Chávez? Las relaciones de Colombia con la hermana República Bolivariana de Venezuela siguen muy endebles, aunque funcionarios de ambos gobiernos expresen por los diferentes medios de comunicación lo contrario, y máxime cuando se acercan nuevas elecciones presidenciales en el vecino país, en las que afloran los nacionalismos y las problemáticas con nuestra patria, siempre se convierten en caballito de batalla de los candidatos para ganar adeptos.
Todavía están muy frescas en nuestra memoria las tensas relaciones que se dieron cuando estaba al frente del Gobierno colombiano el presidente Álvaro Uribe, que de manera directa llamaba la atención y reclamaba públicamente lealtad del Gobierno de la hermana república para con nuestro país, dada su cercanía y el apoyo que se les brindaba a algunos miembros de las guerrillas del ELN y de las Farc.
En la documentación encontrada en los archivos de los computadores decomisados a algunos integrantes de la guerrilla y especialmente a los de Luis Édgar Devia, alias ‘Raúl Reyes’, y que han sido recopilados por el Instituto Internacional de Estudios
Estratégicos, dan cuenta de las supuestas relaciones y apoyos mutuos de servidores del Estado y simpatizantes de Chávez con los alzados en armas.
El presidente Santos y su canciller María Ángela Holguín han cambiado la estrategia para el manejo de las relaciones con Venezuela, dejando la confrontación directa y pública y estableciendo un entendimiento por la vía diplomática y con un bajo perfil, que deja entrever ante la opinión el respeto por su homólogo venezolano y hasta un temor a provocarlo para que no se trunque lo poco que se ha avanzado en las mismas.
Mientras eso ocurre, el que dice ser el mejor amigo del presidente de los colombianos, al parecer sigue acolitando la presencia de guerrilleros en su territorio, como constantemente lo denuncian sus coterráneos que son víctimas de sus atrocidades y de habitantes de los departamentos fronterizos de Colombia como la Guajira, Cesar, Arauca y Norte de Santander, que por estos días viven situaciones complejas a causa del terrorismo.
Algo está pasando y no es mera coincidencia que en estas regiones tan cercanas al hermano país, en el que se presume se esconden y operan comandantes de la guerrilla, como “Timochenco”, “Iván Márquez”, “Rodrigo Granda”, “Nicolás Rodríguez” y otros, se estén presentando acciones de guerra y de terrorismo, de lo que se desprende que desde Venezuela se les está permitiendo su accionar para hacernos creer que aún tienen arrestos y fortalezas para una eventual negociación, o que algunos de esos insurgentes están buscando romper el cerco impuesto por las Fuerzas Armadas con el fin de poder ingresar al territorio nacional.
Lo preocupante es que Chávez, provocador profesional, sigue apoyando a líderes mundiales cuestionados y, a nivel interno, dándoles juego dentro de su gabinete a personas cuestionadas para los colombianos y para la comunidad internacional; es el caso del General Henry Rangel Silva, nombrado Comandante del Ministerio del Poder Popular para la Defensa, que según el Departamento de Estado y la subsecretaria María Otero, posee vínculos serios con el narcotráfico y la guerrilla, razón por la cual desde el 2008 el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos le tiene congelados sus bienes.
No sería extraño que, en el eventual caso de que a Santos se le llene la copa y el orden público se le complique, ver al expresidente Álvaro Uribe como Ministro de la Defensa y en ese caso ¿cuál sería la postura del Comandante Chávez Frías? ¿Guardaría el mismo silencio de Santos? ¿Lo consideraría una afrenta, una persecución del imperialismo, de la oligarquía colombiana o del paramilitarismo? ¿Diría que la República Bolivariana de Venezuela estaría en serio peligro de ser invadida? ¿Rompería relaciones con Colombia?
Este capítulo todavía no ha comenzado pero no es descabellado imaginarlo a pesar de sus diferencias, porque a Uribe muchos lo añoran por la seguridad democrática y ya la gente empieza a preocuparse por el deterioro del orden público, y el presidente Santos, que es un hombre que sabe escuchar y a la vez es un estratega, nos puede sorprender; de ocurrir, no alcanzo a imaginar la reacción del presidente Chávez.