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Denunciante Bronce
 |  Los chiíes de Irak consolidan su monopolio del poder
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 | Los chiíes de Irak consolidan su monopolio del poder
Los kurdos se niegan a entregar a Bagdad al vicepresidente de Irak, porque es su «invitado»
Los dirigentes kurdos de Irak tienen una importante carta política en su mano: la Justicia iraquí emitió el lunes una orden de arresto contra el vicepresidente Tarek al Hashemi, y este corrió a buscar refugio en la Región Autónoma del Kurdistán, donde vuelve a quedar claro que apenas llega el poder de Bagdad. Al dirigente suní le acusan de ordenar «actos terroristas», lo que implica pena de muerte en el país árabe. Pero desde el Kurdistán no parecen dispuestos a hacer caso a la exigencia del primer ministro Nuri Al Maliki, que les pidió la entrega inmediata del político.
Desde la capital kurda, Foad Hussein, jefe de la oficina del presidente regional, Masud Barzani, señaló que «Al Hashemi no es un refugiado porque se encuentra en su país, pero tampoco lo vamos a entregar a nadie». Los kurdos argumentan que el vicepresidente acudió a entrevistarse con Barzani y «por lo tanto, ahora es nuestro invitado».
Los iraquíes apenas han tenido tiempo de digerir la retirada de las fuerzas de EE.UU. porque 24 horas después de la salida del último convoy estalló el escándalo del vicepresidente. Tres de sus hombres de confianza fueron detenidos y confesaron ante las cámaras de la televisión nacional haber cometido crímenes ordenados por Al Hashemi. Estos testimonios, su huida al Kurdistán y el silencio de sus actuales compañeros de partido en la coalición «Iraqiya» han debilitado la posición de un auténtico superviviente político del Irak de la era pos-Sadam, ya que lleva en posiciones de poder desde 2005.
Al Hashemi ofreció una rueda de prensa para rechazar todos los cargos que se le imputan y calificó lo ocurrido de «campaña política» contra su persona. Para el vicepresidente se trata de una batalla más de la guerra sectaria que sufre el país, en la que Nuri al Maliki y el resto de fuerzas chiíes tratarían de dar un golpe de efecto ahora que tienen las manos totalmente libres tras la salida norteamericana. Desde Washington siguen el caso de cerca y piden diálogo entre ambas sectas, lo mismo que Maliki, que a última hora de la tarde lanzó un llamamiento para una Conferencia Nacional. De momento, suníes y chiíes siguen divididos e «Iraqiya», la coalición más votada en las pasadas elecciones y donde encontraron acomodo las voces suníes, ha decidido retirar a sus diputados del Parlamento y no participar en las reuniones del Consejo de Ministros.
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