“Sé que soy mal percibida, pero no por todo el país”
C.O.- Sabe de sobra que sus posiciones políticas, percibidas por muchos como que está a favor de las Farc, la hacen impopular. ¿No le interesa?
P.C.- No son las posiciones políticas las que generan odios (¿quién no cree en la paz, en el respeto a la vida y en la democracia?), sino los sentimientos creados a fuerza de repetición, de construir unos demonios imaginarios y unos culpables para evadir las responsabilidades propias. No soy defensora de las Farc ni del Eln. Ellos tienen su propia palabra. Comprendo que hay una guerra interna, que hay actores políticos, que estos actores son responsables de crímenes que proscribo y proscribe la ética, pero es necesario que sean escuchados. Sé que soy mal percibida por un sector, pero no por todo el país ni por todos los periodistas. Una cosa es la percepción y otra la realidad.
C.O.- ¿Por qué menciona a los periodistas? ¿Tiene alguna queja?
P.C.- Algunos periodistas son factor de poder y participan en la “fábrica del consentimiento” de la que habla Chomsky. Otros no. Si las escuelas enseñaran a respetar las opiniones diversas, a poner los elementos en contexto, a confrontar las fuentes, habría otro país. Los medios son tanto un poder de vida como de muerte.