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Denunciante Ultra
 |  'Yo no perdono a las Farc'
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 | 'Yo no perdono a las Farc'
La madre de Libio José Martínez, asesinado por las Farc, no comparte el mensaje de reconciliación de su propia familia. Los cuatro policías y militares asesinados el pasado sábado por las Farc, que los tenían secuestrados en algún caso desde hace más de 13 años, recibieron este martes un homenaje póstumo durante un funeral celebrado en la Catedral Primada de Bogotá.
Durante la ceremonia religiosa, a la que asistió el presidente Juan Manuel Santos, el obispo celebrante pidió a las Farc que liberen sanos y salvos a los policías y militares que aún tienen en su poder, y que se desmovilicen.
Una fila de honor formada por policías en traje de gala y por los familiares de los tres policías y el militar asesinados acompañó el ingreso al templo de loscuatro ataúdes cubiertos con la bandera nacional, que antes habían recorrido en un cortejo fúnebre algunas de las principales avenidas del centro de Bogotá.
Los féretros fueron colocados frente al altar principal junto a objetos personales del coronel Édgar Yesid Duarte, el mayor Elkin Hernández y el intendenteÁlvaro Moreno, los tres de la Policía, y del sargento de Ejército Libio José Martínez.
El presidente, Juan Manuel Santos, su esposa Clemencia, decenas de policías, altos mandos y familiares de los secuestrados, así como parte del gabinete ministerial, ocuparon las primeras filas de la Catedral Primada. También en primera fila estaba Johan Steven Martínez, hijo del sargento Martínez, a quien no lo conoció pues nació después de que fuera secuestrado hace casi 14 años. Una de las declaraciones que más llamó la atención fue la de la abuela de Johan, madre del uniformado asesinado por los terroritas. Según dijo la señora Libia Estrada, no perdona a las Farc por lo que hicieron y por tanto no comparte el mensaje de perdón de algunos familiares, incluso de su nieto. Para ella, la guerrilla le arrebató a su hijo.
Asimismo, ocuparon los bancos de la catedral expresidentes y otros altos cargos y antiguos secuestrados liberados o rescatados, como Pablo Emilio Moncayo, un militar en retiro y compañero de cautiverio del sargento Martínez desde el 21 de diciembre de 1997.
Durante la homilía del obispo de Engativá, Héctor Gutiérrez Pabón, reclamó a la guerrilla la puesta en libertad de los militares y policías aun secuestrados."Devuélvanlos sanos, que sanos se los llevaron", pidió Gutiérrez Pabón, quien invitó a los guerrilleros a que se desmovilicen.
Antes de la ceremonia fue leído un mensaje del arzobispo de Bogotá, primado de Colombia y presidente de la Conferencia Episcopal, Rubén Salazar Gómez, quien lamentó y condenó la muerte de los tres policías y el militar. En su mensaje Salarzar se dolió de "la violencia fratricida", pidió respeto por la vida y llamó a no perder la esperanza en un futuro mejor.
Al final de la ceremonia religiosa, la banda musical del Batallón Guardia Presidencial rindió honores a los asesinados en el atrio del templo. Los ataúdes fueron de nuevo llevados a un centro de la Policía en el occidente de Bogotá tras la ceremonia. Tres de ellos serán sepultados en esta ciudad mientras el sargento Martínez será trasladado a Ospina, en el departamento de Nariño, su pueblo natal.
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