, 18:37:52
|
#1 |
Denunciante Épico
 |  La utopía de la educación gratuita
Calificación: de
5,00
 | La utopía de la educación gratuita Editorial Vanguardia, noviembre 23 de 2011
Fueron más de 30 días de marchas y clases suspendidas. La historia es ya bastante conocida. Ante la propuesta del Gobierno de reformar la Ley de Educación, los estudiantes se unieron hasta que le ganaron el pulso a la Ministra del ramo, quien tuvo que retirar la iniciativa. Ahora, con el propósito de dialogar y de sentarse a construir una propuesta conjunta, los representantes de los estudiantes han empezado a hacer públicas sus aspiraciones. Y dentro de éstas, Sergio Fernández, vocero de la Mesa Ampliada Nacional Estudiantil, Mane, ha expresado su anhelo de lograr una universidad "gratuita, pública y de altísima calidad en Colombia". Educación gratuita, la gran utopía estudiantil. Los estudiantes se imaginan un país en el que todos tengan derecho a acudir a las clases, a tener a los mejores docentes, a tener a la mano todos los textos y documentos que puedan necesitar, sin que ninguno de ellos, sin importar su capacidad económica, tenga que pagar un solo peso. Para que todos tengan las mismas oportunidades, dicen ellos. Por supuesto que un país no podrá salir del subdesarrollo ni eliminar la brecha de pobreza, mientras no invierta en educación de calidad y en generar oportunidades para todos. Pero la gratuidad es una puerta peligrosa, que pareciera llevar a un lugar, pero que puede desembocar en otro. La gratuidad en la educación no significa, como bien lo anota Salomón Kalmanovitz, igualdad en el acceso a la educación. Por el contario, puede ser un factor que acreciente aún más esta desigualdad. Quien hoy está en capacidad de asumir los costos de una matrícula podría también acceder a esta educación gratis, sin importar que esta decisión implique dejar sin cupo a otro estudiante que no tendría ninguna opción en una universidad privada. Hoy, muchos estudiantes que tienen la capacidad económica prefieren pagar una universidad privada, antes que enfrentarse a la incertidumbre de la duración de su carrera en una universidad pública, por los cierres y las protestas. El costo económico para él sería el mismo en una u otra universidad. Esto hace que menos cupos queden disponibles para quienes no tienen más opción que la educación pública. Estudiar cuesta. Los buenos profesores cuestan. Hacer laboratorios, comprar bibliotecas, cuesta. Y ese precio tiene que pagarlo alguien. Si la educación es gratuita, el costo de mantenerla tendrá que venir de tributos, y quienes más pagan tributos en este país son los empleados. Esto no parece ser igualitario. Más que educación gratuita, hay que trabajar en fortalecer la educación pública, con mayores presupuestos que permitan una ampliación de su capacidad, más cupos para los estudiantes, mayor infraestructura. Hay que trabajar en atacar la deserción estudiantil, que hoy ronda el 50%, mejorar la calidad de la educación de los colegios, fortalecer la enseñanza del inglés y de las habilidades matemáticas y comunicativas. Es un asunto de voluntad estatal, de mayores presupuestos y de mejora en las posibilidades de acceso. No de utopías.
|
|   |