Ver Mensaje Individual
Antiguo 23-10-2011 , 21:19:40   #3
RICARDO69
Denunciante Épico
 
Avatar de RICARDO69
Me Gusta
Estadisticas
Mensajes: 35.202
Me Gusta Recibidos: 28991
Me Gustas Dados: 29958
Ingreso: 14 may 2008

Temas Nominados a TDM
Temas Nominados Temas Nominados 56
Nominated Temas Ganadores: 0
Reputacion Poder de Credibilidad: 335
Puntos: 605908
RICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputaciónRICARDO69 tiene reputación más allá de la reputación
Premios Recibidos
15 Años Mejor firma 10 Años Mencion De Honor Denunciando Mencion De Honor Denunciando 
Total De Premios: 5

  
Predeterminado Respuesta: Del dictador Rojas Pinilla al alcalde encarcelado Samuel Moreno

Muy poco después fue ese "¡levántese, mijo, que cayó Rojas!", el grito con que me despertó mi mamá ese histórico 10 de mayo de 1957. Salimos a recorrer la ciudad en el Chevrolet gris plomo de mi padre y aún siento la euforia de la gente en la calle, los miles de pañuelos blancos, las banderas tricolor en las ventanas y el "ta-ta-ta" de los carros. Pitido ya emblemático que traducía "Ro-jas-no" y había llevado a muchos conductores a la cárcel.


El abuelo de Samuel cayó luego de un paro nacional total: transporte, bancos, fábricas, universidades. Ese día se abrazaron en las calles obreros y patronos; conservadores, liberales y comunistas.


Rojas, quien había convocado en su contra a la inmensa mayoría del país, abdicó sabiamente ante la abrumadora evidencia de su impopularidad. No había sido un dictador particularmente brutal o despótico, pero las crecientes arbitrariedades oficiales bastaron para voltear al país contra un gobierno militar que cuatro años antes había sido recibido con alborozo.


Caído Rojas, se inauguró una nueva etapa de la vida colombiana: la del pacto político del Frente Nacional, que significó la milimétrica repartición del poder presidencial y los cargos públicos durante 16 años entre los dos partidos tradicionales ya reconciliados.


El carácter excluyente de este acuerdo dio pie para que surgieran movimientos de oposición, como el MRL, de Alfonso López Michelsen, y la Alianza Nacional Popular (Anapo), alentada por seguidores del general Rojas, que produjo poco después la tumultuosa resurrección política del depuesto dictador.


Las jornadas de abril


Figura clave en la creación de la Anapo, en 1962, fue María Eugenia Rojas de Moreno, que se volvió alma y nervio del movimiento para reivindicar a su padre.


La madre de Samuel me evocaba en esa época todas las imágenes detestables del gobierno militar. Le decían 'La Nena' y era la niña mimada del régimen, encargada de una vistosa Secretaría de Asistencia Social (Sendas) para ayudar a los pobres.


Antes de que también fuera clausurado, El Espectador denunció que Sendas vendía (en lugar de repartir a los niños pobres) los juguetes que importaba con dólares oficiales. ¿Premonitorio antecedente? Y a propósito del embrollo de Samuelito, el investigador Alberto Donadío recordó que la picardía popular de aquel entonces tradujo la sigla de Sendas como "Sueldo En Dólares A Samuel" (en referencia a Samuel Moreno Díaz, el yerno del general).


Tras la fundación de Anapo, María Eugenia se convirtió en líder política de creciente arraigo popular. Movida por la obsesión de reivindicar a su papá y de sacarse el clavo con la "oligarquía" que lo había derrocado, fue determinante en la campaña que casi lleva a Rojas a la Presidencia en las elecciones del 19 abril de 1970. Las más traumáticas de la historia reciente, por la sospecha generalizada de que hubo fraude oficial a favor del candidato del Frente Nacional, Misael Pastrana Borrero.


Recuerdo la tensión que se respiraba en la redacción de EL TIEMPO cuando comenzaron a divulgarse las cifras electorales. "¡Esto se va a perder!", sentenció mi padre, jefe de Redacción y dueño de un excepcional olfato político, al conocerse que las primeras mesas contabilizadas en norte y sur de Bogotá favorecían al candidato Rojas Pinilla.


La incertidumbre crecía con el pasar de las horas y aún tengo presente la vociferante multitud anapista que al atardecer de ese domingo se aglomeró frente a la sede del periódico, en la Jiménez con Séptima. Hacia la medianoche, el gobierno de Carlos Lleras Restrepo ordenó que cesara la caótica transmisión radial de cifras electorales, que daban una mínima ventaja de Rojas. Al otro día era Pastrana el que punteaba, lo que volcó a la calle a turbas de enfurecidos rojistas en todo el país.

Durante dos días, el centro de Bogotá estuvo tomado y EL TIEMPO sitiado por la masa enardecida, hasta cuando Carlos Lleras decretó su histórico toque de queda. Aún veo su borrosa imagen por la televisión, señalando, reloj en mano, el perentorio plazo de dos horas que les dio a los colombianos para recluirse en sus casas. Todo el mundo obedeció -con Lleras la vaina era en serio- y la revuelta anapista se desinfló. Igual sucedió, eventualmente, con la misma Anapo, que despilfarró su enorme fuerza política a punta de componendas y corruptelas. Nada de lo presente es gratuito.

Las inolvidables jornadas de abril del 70 fueron una prueba de fuego para el Frente Nacional y marcaron un hito en la historia política del país.


Cuatro años después, María Eugenia se lanzó a la Presidencia (enfrentada a otros dos hijos de presidentes: Álvaro Gómez y Alfonso López Michelsen) e hizo su espectacular aparición el M-19, con el robo de la espada de Bolívar y su consigna de "¡Con María Eugenia, el pueblo y las armas, al poder!".


Por esa época conocí no solo a su fundador, Jaime Bateman (ese es otro cuento), sino a la propia María Eugenia, a raíz de una serie de entrevistas que estaba haciendo para EL TIEMPO con los candidatos presidenciales.


Nunca la había tratado en persona. Y pese a todo lo que oía y sabía de ella, me encontré con una mujer inteligente y afable, que rápidamente desarmó las prevenciones que yo llevaba. La 'Capitana del Pueblo', como ya le decían, me recibió dos horas en su casona de Teusaquillo, donde un mechudo Samuelito de 14 años se sentó en el sofá a escuchar mi conversación con su mamá.


"¡Esta vez la Anapo defenderá su triunfo!", fue la frase suya con que titulé la entrevista, tras escuchar la contundencia con que la 'Capitana' habló del entusiasmo popular en las cerca de 500 manifestaciones que había presidido.


Le pregunté por el recién aparecido M-19 y lo calificó como "fenómeno espontáneo del pueblo para defender el triunfo", pero dejándome muy en claro que ni ella ni el general tenían algo que ver con ese grupo armado.


Continua...

__________________

RICARDO69 no está en línea   Responder Citando
 
Page generated in 0,06550 seconds with 11 queries