Los residentes de la mayor comunidad nómada irlandesa en Europa se enfrentaron a la Policía. Hubo siete personas detenidas. Activistas denunciaron la "brutalidad innecesaria" de las fuerzas de seguridad


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Residentes y activistas lanzaron proyectiles a la Policía durante el desalojo el miércoles del mayor campamento ilegal de nómadas irlandeses del Reino Unido, polémico desenlace de 10 años de batalla legal.


Medio centenar de policías entraron por la fuerza al amanecer en el campamento de 2,4 hectáreas de Dale Farm, a unos 50 km al este de Londres, para desalojar a sus 200 ocupantes, miembros de una minoría étnica nómada de origen irlandés conocida como "Irish travellers".


Pero se toparon con la resistencia de experimentados activistas que acudieron a respaldar a los habitantes en este campamento cercano a la localidad de Basildon, muchos de ellos con los rostros tapados, y que les lanzaron ladrillos y piedras e incluso quemaron una de sus caravanas.


La Policía local anunció posteriormente que siete personas fueron detenidas a raíz de estos enfrentamientos, y afirmó que uno de los agentes disparó a una persona con una pistola eléctrica Taser.


Las fuerzas del orden entraron en el sitio destruyendo una valla en la parte trasera, mientras otros agentes discutían con los ocupantes en la entrada principal para "distraer la atención", según señalaron algunos residentes.


Lily Hayes, una observadora de derechos humanos, denunció la "brutalidad innecesaria de las autoridades, que también cortaron el suministro eléctrico en el campamento en esta fría jornada otoñal.


A media jornada, la Policía había logrado calmar la situación y la tranquilidad volvía a reinar en el campamento, cuyas calles estaban casi desiertas, aunque un espeso humo negro salía de varios montones de neumáticos incendiados bajo pancartas con lemas como "Tierra de libertad" o "No a la limpieza étnica".
"Ahora tenemos el control del lugar, la tensión se redujo", declaró el jefe de la policía de Essex, Trevor Roe, en una rueda de prensa.


Decenas de alguaciles esperaban todavía autorización para entrar en el campamento, al igual que las excavadoras, mientras la Policía hacía bajar con ayuda de una grúa a los activistas encaramados en un andamio ante la mirada de los escasos residentes que permanecían en el lugar.


Tras 10 años de guerra, perdieron su última batalla contra las autoridades municipales que consideran que, aunque muchos de los nómadas son propietarios de los terrenos, sus caravanas y bungalows están instalados en una zona verde no edificable.


El lunes, la Justicia británica les negó la posibilidad de interponer un último recurso, allanando el camino para su expulsión, pese al apoyo de figuras conocidas como la oscarizada actriz británica Vanessa Redgrave.


El ayuntamiento propuso realojar a los nómadas en viviendas de protección oficial, pero la mayoría rechazaron la oferta alegando que prefieren vivir en comunidad como hasta ahora.


"La memoria de Dale Farm pesará sobre el Reino Unido durante generaciones. Nos están sacando de las únicas casas que tenemos en este mundo", dijo Kathleen McCarthy, una de las residentes.