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 |  Caucasia: el pueblo del que los paramilitares nunca se fueron
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 | Caucasia: el pueblo del que los paramilitares nunca se fueron
La riqueza de este municipio antioqueño parece ser su propia maldición. El despilfarro y el mal uso de los recursos naturales lo mantienen sumido en la crisis y el desempleo, mientras los grupos armados ilegales siguen cobrando con sangre sus disputas. Todo, con un telón de fondo: el narcotráfico y los cultivos ilícitos.
Caucasia es el núcleo comercial del bajo Cauca y también su despensa. En su tierra se da prácticamente cualquier cosa: arroz, ñame, yuca, maíz, plátano y sorgo, entre otros. Además, está llena de oro. Estas bendiciones son también su problema más grande, ya que los grupos armados usan el suelo fértil para cultivar coca y se disputan el poder a muerte.
El municipio es escenario de una guerra entre los Urabeños y los Rastrojos en que los primeros quieren sacar a los segundos. El bajo Cauca les interesa porque es otro corredor estratégico debido a la cercanía con el Nudo de Paramillo y la conexión con el Urabá antioqueño. También es un lugar propicio para el narcotráfico y la extorsión. De hecho, en marzo pasado diez campesinos fueron asesinados en Caucasia, en un episodio que parece hacer parte de la guerra por la coca.
Para la Defensoría del Pueblo, el riesgo que enfrenta la población civil es alto debido a la presencia de los herederos de las AUC. La entidad añade en su informe que "a esta situación se suma la llegada de combatientes de otras zonas para engrosar las estructuras armadas locales, los problemas de gobernabilidad en la zona, la débil respuesta en materias de prevención y protección integral de los derechos humanos frente a las expresiones de violencia en la zona y la presencia de las FARC en zonas rurales de estos municipios (...)".
Según las estadísticas oficiales, el año pasado se registraron 103 asesinatos en la zona urbana del municipio y 43 en la zona rural. En el primer semestre de este año se contabilizaron 42 en total. Por otro lado, entre 2009 y 2010 la Personería de Caucasia recibió 171 desplazados de las veredas, que en el primer semestre de este año suman 40.
El ambiente es tenso. Las extorsiones y las amenazas se volvieron frecuentes y la población está atemorizada. De cuando en cuando circulan volantes con amenazas dirigidas a políticos, funcionarios y comerciantes.
Incluso los anónimos se volvieron una herramienta para solucionar problemas cuya responsabilidad es de las autoridades. “Se les informa a los hijos de puta que están tratando de invadir este lote que este lote tiene dueño –dice uno de los panfletos conocido por Semana– (...) siguen tratando de invadir este lote y van a tener un lote pero en el cementerio para que no sigan jodiendo”.
El pasado 1 de septiembre fue asesinado el ganadero Roberto Gil, lo cual encendió las alarmas en ese gremio –uno de los más importantes de la región–. "Los esfuerzos del gobierno con el aumento de la fuerza pública y con las operaciones contra los grupos delincuenciales no están reflejados en esta realidad que nos tiene arrinconados", manifestaron en un comunicado.
La ganadería se ha reducido. “Los ganaderos están sacando los animales porque ven el negocio en peligro”, dijo a Semana un representante del gremio. El número de vacunas de aftosa suministradas sirve para ilustrar este éxodo. Mientras hace algunos años se aplicaban 350.000 inyecciones, ahora son 300.000.
En este contexto, varios ganaderos consideran que el candidato ideal para la Alcaldía de Caucasia es José Nadín Arabia, de Cambio Radical, quien viene de ese gremio, ya fue alcalde y promete mano dura en seguridad, aunque “sin derramar sangre” –como él mismo dice–. Arabia es uno de los más posibles ganadores de las elecciones, pero también uno de los candidatos cuestionados por la corporación Nuevo Arco Iris.
Según esta ONG, Arabia cuenta con el apoyo financiero de José Piedrahíta, dueño del frigorífico del municipio y reconocido ganadero, quien está señalado de tener vínculos con el paramilitar 'Cuco' Vanoy. “Sí, yo soy amigo personal de Piedrahíta. Pero si él al mismo tiempo es amigo del diablo, ¿qué culpa tengo yo? Además no está financiando mi campaña”, explicó a Semana el candidato.
El gremio minero también lo apoya, con lo cual Arabia tiene la adhesión de los dos sectores más poderosos de Caucasia. El otro candidato que encabeza la carrera es Dairo Bedoya, a quien se le cuestiona su paso por la secretaría de Planeación Municipal. En esas condiciones, el municipio está a punto de quedar de nuevo en manos de quienes han tenido el poder en los últimos años.
Entre la minería ilegal y el desempleo
Si hay algo que mueva la economía en Caucasia es la minería. Al menos el 20 por ciento de la población devenga su sustento de esta actividad. Con el boom de la coca en la década de los 90, hubo una deserción momentánea del negocio. Muchos mineros tradicionales prefirieron cambiar de actividad y se dedicaron al cultivo y el procesamiento de la pasta de coca. Pero con la arremetida del gobierno contra los cultivos ilícitos –operativos militares y fumigaciones aéreas–, regresó la fiebre del oro.
El tropiezo que enfrentan ahora las minas de Caucasia es que fueron declaradas ilegales. “Nos señalan por dos motivos: por contaminar y porque las autoridades dicen que financiamos a los grupos ilegales, pero la realidad es que ellos nos extorsionan y toca pagarles”, explicó a Semana Ramiro Restrepo, presidente de la Asociación de Mineros del bajo Cauca.
Esto ha llevado al gobierno nacional a exigirles varios requisitos para formalizar su actividad por medio de la concesión de un título minero.
“Hemos sostenido una lucha para que no los declaren ilegales, sino informales en proceso de formalización, y hemos pedido que los ayuden a coordinar trabajos con las multinacionales que vienen a la región, para que ellos no se queden por fuera y mejor los articulen al trabajo de estas empresas”, explicó el diputado Rodrigo Mendoza, quien ha estado pendiente del desenlace que tendrán los mineros.
‘La Trampa’ social
En Caucasia se ven monumentos al desfalco municipal. El caso más dramático es de un proyecto de vivienda de interés social en un sector conocido como ‘La Trampa’. Inicialmente se dijo que se construirían 398 viviendas y cada beneficiario pagó dos millones de pesos en 2006.
En 2007 se inició la fase de construcción, pero sobre la marcha se dieron cuenta de que en el lote elegido por la Alcaldía solo se podrían construir 198 casas, que además jamás se culminaron. En este momento en ‘La Trampa’ hay apenas 62 casas con techo y 18 en obra negra, en medio de maleza y materiales de construcción podridos. El proyecto está suspendido porque se acabaron los recursos, a pesar de que entre el municipio, el departamento y los beneficiarios recogieron algo más de 7.000 millones de pesos, de los cuales no aparecen al menos 2.000 millones, según reportó la Contraloría.
Lo peor de todo es que la zona no es habitable, ya que no cuenta con servicios públicos y es vecina de una estación de bombeo de un oleoducto de Ocensa. Y, para rematar, Corantioquia –la autoridad ambiental– no aprueba obras en ese lugar porque hay un caño.
El secretario de Planeación Municipal de la época en que se formuló el proyecto era Dairo Bedoya, hoy candidato a la Alcaldía por el Partido Liberal, otro de los candidatos con más opción en las próximas elecciones.
‘La Trampa’ no es el único elefante blanco. La Alcaldía tiene otro en sus instalaciones. Se trata de una biblioteca cuya construcción implicó una inversión de 3.000 millones de pesos aprobados por el Concejo en 2007. Hoy día la construcción sigue en obra negra, justo al frente del despacho del Alcalde.
El peso de la tragedia
La riqueza de la tierra, lejos de ser una oportunidad para los habitantes de Caucasia, ha sido su karma. En los años 70, aparecieron los frentes José Antonio Galán y Compañero Tomás, del ELN, con la idea de detener el saqueo del oro. Después llegaron las FARC –con los frentes 18, 36 y 4– para hacerse a los cultivos de coca. La zona se convirtió entonces en una empresa de producción, transporte y comercio de base de coca, negocio que además implicaba extorsiones a los terratenientes que ejercían la minería y la ganadería.
La presencia guerrillera sirvió de pretexto para el surgimiento de grupos de autodefensa. Atormentados por el abandono del Estado frente a la dominante presencia guerrillera, hacendados y comerciantes de Caucasia, como en muchas partes del bajo Cauca, optaron por financiar grupos privados que terminaron convirtiéndose en los grandes ejércitos paramilitares.
En el bajo Cauca Ramiro ‘Cuco’ Vanoy y Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’, se volvieron amos y señores. Los habitantes cuentan que en los años de mayor apogeo –entre 1997 y 2005– era frecuente verlos en los establecimientos de la Avenida Pajonal, la vía más comercial de Caucasia, como los patrones que eran. Se volvieron parte del paisaje, y muchos políticos y empresarios buscaron reconocimiento público estando cerca de ellos. Tanto que en 2006 en la desmovilización de ‘Cuco’ Vanoy, en Tarazá, estuvieron presentes políticos y funcionarios provenientes de todo el bajo Cauca.
Según el portal Verdad Abierta, “cuando lo trasladaron [a Vanoy] al centro de reclusión en La Ceja, Antioquia, 2.000 personas de los barrios de Tarazá lo llevaron hasta el comando de Policía. Muchos hombres y mujeres lloraron porque "el señor" se les iba del pueblo. Dentro del tumulto estaban los alcaldes de Tarazá, Caucasia, Valdivia y Cáceres, así como concejales del bajo Cauca antioqueño y la exparlamentaria Rocío Arias”.
Por esos días, 10.000 ganaderos, hacendados y comerciantes del bajo Cauca (incluida Caucasia) le enviaron al entonces presidente Álvaro Uribe una carta en que reconocían que ante el acecho de los insurgentes y la ausencia del Estado, terminaron financiando grupos de autodefensas. La carta fue difundida en un evento encabezado en la tarima por varias personalidades de la zona, entre ellos el exalcalde y hoy candidato a la Alcaldía de Caucasia José Nadín Arabia.
Arabia dice que él no firmó la carta y que muchos lo hicieron engañados, pensando que se trataba de un clamor para que no se dejara desprotegido el bajo Cauca y para apoyar el proceso de desmovilización. Agrega que al final alguien cambió el texto y pusieron otro que reconocía el apoyo a los paramilitares. Sobre el evento en el que algunos ganaderos reconocieron el apoyo a los ‘paras’, donde él sale en la tarima, dice que se trata de una fotografía tomada en una cabalgata, y no un acto donde se dijo que habían financiado a los ejércitos ilegales.
Enlace: http://www.semana.com/multimedia-nac...icos/4337.aspx
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