tremendo cuando los compañeros no mueren junto a nosotros, sino que se pierden, o desaparecen



Carta a una mascota que nunca volvera


Quizas en estos momentos estes ya
a muchos quilometros de distancia,
Y ya es demasiado tarde para mantener la esperanza.
Me alegro de haber podido cuidar de ti
todo este tiempo.
Me encantaba cuando hacia tonterias y me mirabas
con cara rara,
cuando te desperezabas estirando tus patitas en el sofá,
cuando venias a dormir a la parte inferior de la cama,
o cuando te mantenias mirandonos firme mientras comiamos.
Como me reia cuando jugabamos con ese peluche que tanto
te asustaba,
y nunca olvidaré nuestros paseos por las ramblas
ni tus miradas cuando marchaba de casa.

No te olvides tu tampoco de que aquí tienes tu hogar y
si de nuevo escapas siempre podrás regresar