Por ejemplo, cada interno tienen la posibilidad de tener en su cuarto televisor, computador, acceso a internet, y baño propio.
Los excongresistas ahora usan botas pantaneras y ropa informal para poder trabajar algunos cultivos de lechuga y lombrices. Además cuidan gallinas y vacas como parte de los proyectos productivos que se desarrollan dentro del pabellón de la parapolítica parecido a una casa-finca.
Durante el recorrido, la W Radio puedo dialogar con varios políticos. Teolindo Avendaño manifestó estar muy enfermo. Al parecer, tiene problemas renales, respiratorios y digestivos.
Avendaño manifestó que todos sus compañeros lo abandonaron y que en el libro de Yidis Medina, él fue el protagonista de lo que no hizo. Además dijo que quienes fueron sus amigos ya no lo son refiréndose al expresidente Álvaro Uribe Vélez, a quien respaldó para la reelección presidencial. "Los que antes fueron mis amigos ya no lo son", comentó el exparlamentario.
Por su parte, Luis Humberto Gómez Gallo, expresidente del Congreso, dijo que la justicia colombiana debe sufrir un cambio profundo. Aseguró que los magistrados deben ser juzgados por los delitos que comentan.
Afirmó que los magistrados de las altas cortes pueden cometer cualquier delito sin que nadie los investigue o los juzgue y que es por eso que algunos políticos están encarcelados. "A mí qué me importa la inmunidad parlamentaria, a mí ya me hicieron daño. La mitad de la gente que está aquí es inocente", sostuvo Gómez Gallo, y ágregó que los magistrados "no tienen límites de nada".
La W Radio también se encontró con el expresidente del Congreso, Javier Cáceres, quien aseguró que teme por su vida, en tanto que los presos de seguridad mínima transitan libremente por el pabellón parapolítico.
"Estamos aquí con los criminales más grandes que se han ganado el derecho a mínima y uno nunca sabe que pueda pasar", afirmó Cáceres.
Otros de los personajes que también tiene problemas de salud son Carlos Galvis, quien sufrió hace menos de dos meses un infarto dentro del penal, y José María Conde, quien sufre de apnea y no puede dormir.
Los presos parapolíticos renunciaron a recibir la comida del penal, así es que sus familias consignan a una cuenta común y el Inpec se encarga de ingresar el mercado con el que les preparan la comida.