Denunciante Épico
 |  Nuevas evidencias demostrarían intenciones de las Farc de infiltrar el Encuentro Nacional de Paz
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 | Caracol Radio conoció nuevos detalles de comunicaciones realizadas entre el 20 de julio y el 2 de agosto de este año, en las que el personaje clave es un presunto cabecilla del comando Conjunto Central de las Farc, y que se revelaron el viernes 12 de agosto. Charlas que evidenciaban el interés de esa organización guerrillera en infiltrar el Encuentro Nacional de Paz, que se realizó en Barrancabermeja entre el 12 y el 15 de agosto.
El Encuentro se cerró, como registraron los medios de comunicación locales, con dos videos y comunicados de las organizaciones armadas ilegales, en los que se manifiesta un interés por adelantar acercamientos con el gobierno nacional.
Posteriormente a las intervenciones, como lo informó Vanguardia Liberal y lo registra hoy en su editorial el periódico El Espectador, se exhibió un video protagonizado por Alfonso Cano y otro, distribuido entre algunos asistentes, ofrecía un discurso del miembro Bloque Magdalena Medio e integrante del secretariado de las Farc, Félix Antonio Muñoz, alias ‘Pastor Alape’.
El Padre Francisco De Roux, provincial de los jesuitas en Colombia, reveló en Caracol Radio que, efectivamente los videos llegaron al Encuentro, que hubo reticencia de parte de los organizadores a presentarlos pero que, finalmente, el último día se terminó haciendo público el de Alfonso Cano. Anotando, eso sí, que ni el contenido de los videos ni de los textos de la guerrilla fueron registrados dentro del documento final de conclusiones.
Para los organismos de seguridad es claro que dichos videos y pronunciamientos llegaron a manos de algunos participantes en el Encuentro de parte de personas cercanas a la guerrilla que, como reveló el viernes Caracol Radio, se organizaron durante las semanas previas al evento para participar activamente en las charlas y debates.
Un rol protagónico en la tarea de la guerrilla de infiltrar el Encuentro lo cumplió alias Jailer, quien opera principalmente en el Putumayo, el Huila y el Tolima, junto con alias El Profe, fuerte en la zona de Chaparral y Ríoblanco, y alias Valentina, cuyo eje de acción es Ibagué.
Todos, activos dentro de la Compañía René González, del Comando Conjunto de las Farc, le reportan a alias Victoria, Nilfa Judith Ramírez Guzmán, nacida el 15 de julio de 1965 en Tierralta (Córdoba), quien es muy cercana a Alfonso Cano, al punto de ser señalada por las autoridades como asistente personal del líder guerrillero. Alias Victoria, quien estuvo especialmente interesada en el encuentro y a cuyas instrucciones, a través de una de sus radistas o radiooperadoras, tuvo acceso Caracol Radio, perteneció al frente 21 de las Farc. Luego de una tarea constante de instrucción a células clandestinas urbanas de Huila y Tolima, se convirtió en la principal cabecilla política del Comando Conjunto Central de las Farc.
Alias Jailer es una de las voces a las que tuvo acceso Caracol Radio y es quien da cuenta al Comando Conjunto Central de un “evento grandísimo”, según sus palabras, que habría de tener lugar en Barrancabermeja y en el que “toca participar con hartos participantes. Imagínese que nos están proponiendo que en Huila y Tolima nos toca sacar unas 2.000 personas”.
Uno de los puntos más delicados que estudian minuciosamente las autoridades, es la tarea que adelanta alias Jailer en el adoctrinamiento de estudiantes, algunos de los cuales tomaron efectivamente parte en el Encuentro de Paz, sin que sus organizadores tuvieran conocimiento. Aunque es un tema que pronto pasará a estudio de la Fiscalía, las autoridades han podido establecer perfectamente las identidades y fotos de al menos seis estudiantes, dos hombres y cuatro mujeres, a quienes Jailer contactó y adoctrinó, y que habrían logrado participar en el Encuentro.
En momentos en que se abren posibles puertas a un diálogo, las autoridades manejan estos temas con pinzas, con todo el cuidado posible, con el ánimo, por una parte, de no entorpecer estas valiosas gestiones pero, por el otro, de no bajar la guardia frente a movimientos claves de la guerrilla en espacios reservados a la sociedad civil.
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