Los muertos del Everest



El Monte Everest tiene cerca de 200 cadáveres regados por la montaña.





Este cuerpo ha sido nombrado “botas verdes”. Muchos de los cerca de 200 cadáveres han sido nombrados y se utilizan como puntos de referencia
Es casi imposible recuperar un cuerpo de la montaña. La mayoría de los cuerpos están en la misma posición que tenían cuando murieron.




La recuperación de un cadáver en el monte Everest es casi un imposible

El estado de conservación en el tiempo es casi perfecto a causa del frío, a lo largo de la ruta hasta la cumbre. Hay cuerpos que están ahi por más de 50 años, que parecen que fueron colocados allí ayer.





Las muertes a menudo son el resultado por “tomar una siesta” y nunca más despiertan
La “zona de muerte” esta a casi 7.900 metros. El aire es tan poco, que no hay margen para el error.La congelación inmediata puede suceder. La falta de oxígeno deja al escalador desorientado y débil.





El costo de ir en un viaje es de $25.000 dólares por lo minímo, pero muchos quedaron como un recuerdo de lo peligroso y mortal que resulta esta aventura. Muchos de los cuerpos son ahora monumentos a lo largo del camino.





Este cadáver es de George Mallory, que murió en 1924

Todos tienen ahora su nombre y su historia algunas más increíbles que otras. Muchos de los cadáveres son recuperados por sus familiares, pero otros quedan expuestos como la historia del hombre por vencer la naturaleza.





A veces, los escaladores se tropiezan con hombres y mujeres que están muriendo en la montaña, pero no tienen manera de ayudarlos y por lo tanto les dejan que mueran.
Aqui una pequeña recopilación de esos hombre y mujeres que murieron en el intento de conquistar las cumbres del Everest.





Dos alpinistas encontraron a una mujer sola y probablemente muriendo que gritaba, “por favor no me dejes”, pero se vieron obligados a seguir adelante y dejar que muera, ya que no tenían medios para ayudarla y hasta pondrían en riesgo sus propias vidas. Se sentían tan culpables que pasaron años ahorrando lo suficiente como para rescatar su cadáver.