Al término de su mandato, Juan Manuel Santos aspira a tener una popularidad de alrededor del 80 por ciento.
Pero al cumplirse el primer año de su administración, el mandatario muestra una tendencia a la baja, si se le compara con los primeros días de Gobierno.
A una semana de jurar como Presidente, en julio de 2010, la opinión favorable de Santos era del 75 por ciento y la desfavorable del 19 por ciento, según las encuestas bimestrales de Gallup Colombia. En el más reciente estudio de este organismo, la favorabilidad de Santos es del 67 por ciento y la imagen desfavorable del 21 por ciento. Es decir, una calificación bastante alta.
Lo importante no es mirar esas dos cifras de manera independiente. Los sondeos bimestrales de Gallup muestran una caída -leve pero sostenida- desde octubre hasta mayo y una tendencia estabilizarse entre mayo y junio (ver gráfico).
Es decir, Juan Manuel Santos deberá hacer un gran esfuerzo durante los próximos tres años si quiere concluir su gobierno con el mismo nivel de popularidad de Luiz Inácio Lula Da Silva, como la manifestó esta semana.
Las razones
Hasta el momento, el pico más alto de favorabilidad en la imagen de Santos se registró en octubre de 2010, cuando llegó al 76 por ciento.
Dos semanas antes había muerto en un bombardeo alias "Mono Jojoy", uno de los jefes de las Farc, lo cual renovó la percepción ciudadana de que el fin de la guerrilla estaba cerca y eso impulsó el apoyo a Santos y a los organismos de seguridad.
Sin embargo, los problemas generados por el invierno y el alto índice de desempleo hicieron crecer, en el primer semestre de su mandato, el pesimismo y, con ello, la popularidad de Santos empezó a ceder terreno.
En el segundo semestre de administración, Santos volvió a encontrar problemas que le generaron mantener la tendencia de pérdida de popularidad.
Aunque según las cifras oficiales, la criminalidad en general ha disminuido en todo el país, acciones de la guerrilla en varios departamentos y enfrentamientos de las bandas criminales -en los cuales las subregiones antioqueñas del Valle de Aburrá y el Bajo Cauca son las más afectadas- hacen crecer la percepción de inseguridad entre la ciudadanía.
Esto, junto con la emergencia invernal, el índice de desempleo y el destape de graves casos de corrupción en entidades oficiales, ha hecho crecer el pesimismo de los colombianos y, con ello, la tendencia desfavorable en la imagen de Santos.
Ello no quiere decir que el Presidente esté mal, pues se encuentra en un nivel muy alto de favorabilidad, cercano al de Álvaro Uribe en el primer año de su primer mandato (2002-2006) e igual al del primer año de su segundo periodo (2006-2010).
Pero de ahí a crecer hasta una favorabilidad del 80 por ciento, como desea, es una tarea difícil, y más en tres año de mandato.