Durante el último lustro el fenómeno de las redes sociales se tomó la vida digital de millones de personas, ayudándolas a comunicarse como nunca antes. Para muchos han sido una bendición, pero según un par de reconocidas científicas, junto con los beneficios que traen sitios como Facebook y Twitter han llegado efectos negativos preocupantes a una generación entera de individuos. Puede que las redes sociales estén ayudando a las personas a mantenerse conectadas como nunca antes, pero también estarían causando comportamientos preocupantes en sus usuarios.

Según le dijo Baroness Greenfield a The Daily Mail, los amantes de Twitter y Facebook muestran características típicas de un niño. Greenfield criticó la “banalidad de actualizaciones” como decir qué se comió de desayuno o alardear sobre el lugar en donde se encuentra la persona. “Me recuerdan a un niño diciendo, ‘mira mami, mira lo que hice’”, le dijo la profesora de farmacología de la universidad de Oxford al diario británico. Este tipo de prácticas estarían generando individuos que se obsesionan con lo que los demás piensan de ellos y dejan de darle prioridad a lo que ellos mismos opinan de sus vidas.

Algunas personas incluso aspiran a convertirse en ‘mini celebridades’ de acuerdo con la científica, pues estarían todo el tiempo pendientes de sus seguidores y ‘amigos’, siempre en busca de su adulación y admiración. “Es casi como si las personas vivieran en un mundo que no es un mundo real, sino un mundo en el que lo que cuenta es lo que los demás piensan de uno o si pueden hacer clic en uno”, concluyó Greenfield. Sue Palmer, una experta literata y autora, está de acuerdo en particular en el caso de las mujeres jóvenes, quienes en su opinión sienten que son “un ‘commodity’ que deben vender a otros usuarios de Facebook”.

Los efectos negativos de estos comportamientos no son insignificantes según la profesora de Oxford. Para Geenfield, el crecimiento de las ‘amistades’ en la Red, junto con un mayor uso de videojuegos, puede ‘recablear’ el cerebro para que funcione de manera distinta. Esto causa menor capacidad de concentración, una necesidad de recibir gratificación instantánea y malas habilidades no verbales, como no poder mirar a los ojos de la otra persona durante una conversación.

Estas opiniones científicas reavivan el debate sobre los efectos nocivos y positivos que tienen Facebook y Twitter en la vida de las personas. Es un hecho ineludible que las redes sociales, llámense como se llamen, están para quedarse pero está igual de claro que los expertos aún no han comprendido todas sus consecuencias. Puede que tengan efectos nocivos sobre la psicología de algunos, pero también han ayudado a derrocar a dictadores, conseguir riñones y evitar atracos.

Quizás para definir si una red social es buena o mala para alguien hay que mirar a la persona, sus hábitos y su personalidad en lugar de concentrarse en criticar a Twitter y Facebook. Este puede ser un ejemplo perfecto de una ocasión en la que ‘lo que importa no es la flecha sino el indio’. Por otro lado, es difícil negar que desde que nacieron las redes sociales las personas sienten, para bien o para mal, más importantes y pueden influir con mayor trascendencia en la vida de los demás.

El debate queda abierto: ¿Qué tan buenas o malas son las redes sociales para las personas y nuestra sociedad?