En la Palestina de aquellos tiempos, Jesús se encuentra cerca del río Jordán dando una charla a sus apóstoles. Al terminar se dirige hacia el río y, ante la mirada atónita de sus seguidores, comienza a caminar sobre el agua. Sus apóstoles, como pueden, le siguen sus pasos nadando dificultosamente. En eso, Jesús voltea y apuntando al río les dice:
"¡Por las piedritas hijos... por las piedritas!"