Arif Mubashir, un padre paquistaní, ordenó a seis de sus hijas y al resto de la familia que se reunieran en una de las habitaciones de la casa. Una vez allí, sacó un arma y disparo indiscriminadamente sobre las adolescentes, ante la mirada atónita de los familiares, entre los cuales se encontraba la madre de las menores.
Según el diario Express Tribune, el padre explicó que el motivo de sus acciones radicaba en el hecho de que sus dos hijas mayores, Sameena, de 14 años de edad, y Razia, de 16 años, habían manchado el honor de la familia al estar involucradas sentimentalmente con muchachos del barrio Tandlianwala, donde también reside la familia. Las otras cuatro hijas fueron asesinadas cuando el hermano mayor de estas las denunció con su padre de ser cómplices de las acciones de sus hermanas.
Una vez presenció con terror lo sucedido, la madre alertó a las autoridades de la región que procedieron a detenerlo. "No se arrepiente de lo que hizo. Se jacta de que lo volvería a hacer si fuera necesario", declaró el inspector de policía Javed Sial.
Varias culturas como la paquistaní basan sus pilares éticos en la honra de las mujeres y ellas deben permanecer puras, ya que de lo contrario pueden perder la vida. Según la Comisión de Derechos Humanos de Asia, durante 2009 murieron en Pakistán 647 mujeres en casos de crímenes de honor.