Un empresario antioqueño le pelea su finca a otro empresario
Por: JOSÉ LUIS VALENCIA
02 de Julio del 2011
Su finca está en manos del dueño de unos viveros en Medellín que dice ser tenedor de buena fe.
"Esa mañana me tocó darle la mano a la muerte y comenzó mi desgracia". El ganadero Iván Vélez habla de Carlos Castaño, y el recuerdo le provoca escalofrío. Es del día en que lo citaron a una reunión con el fallecido jefe paramilitar, hace ya 11 años, cuando era dueño de una próspera finca en los límites del Urabá antioqueño y chocoano, que le quitaron.
Este administrador de empresas se ha jugado la vida varias veces por su tierra en Belén de Bajirá, corregimiento de Mutatá. Logró que la devolvieran a su nombre, pero la tiene el que llama su 'verdugo', Jaime Uribe Castrillón, un empresario antioqueño que argumenta haber sido comprador de buena fe. Es dueño de unos viveros en Medellín.
La vida de Vélez iba perfecta desde cuando se graduó y se casó con su novia de barrio en Medellín. Manejó durante nueve años un parqueadero y a los 27, en 1989, se hizo a un barco de carga por el río Atrato. Primero le pagó 'peaje' a la guerrilla y luego a los paramilitares. El asunto se calentaba y decidió vender la nave para irse a la finca La Cubana, de 234 hectáreas, que había comprado poco a poco en Belén de Bajirá.
Con un préstamo de 120 millones de pesos y bajo acuerdos con colonos, abrió 100 hectáreas de pastos y otras 10 de maíz, yuca y frutas. El resto quedó como bosque, con riachuelos, monos aulladores, tigrillos, serpientes y aves.
Pero a mediados de 1996 sonó el teléfono en su casa de Girardota, cerca de Medellín. Le dijeron que Castaño lo citaba en una gasolinera del barrio El Poblado, exclusivo sector de la capital antioqueña.Ya la prensa mencionaba a Castaño como jefe paramilitar. Y el día que lo tuvo de frente, Vélez recordó haberlo visto rodeado de escoltas en un campo de parapentismo. Le dijeron que era el hermano de Fidel. Por eso sus amigos le advirtieron: "No cometas la burrada de no ir a la cita".
Al lado de otros siete ganaderos llegó a Monte Casinos, la que en una audiencia desde Estados Unidos el ex 'para' 'don Berna' refirió como mansión de Castaño. Los esperaba Raúl Hazbún o 'Pedro Bonito', jefe del bloque Bananero de las autodefensas.
"Yo a usted lo he visto", le dijo Castaño a Vélez al llegar, y él le admitió que sería en el parapentismo. "Llegó la hora de ponernos camuflado. Vamos a quitarle a Urabá a la guerrilla y a hacer valer esa tierra", dijo Castaño, ante una mesa en forma de herradura.
Vélez recuerda que salió detrás y le pidió un minuto. "Me llevó a otra sala, pero llegaron Jaír Rendón Herrera, hermano del jefe paramilitar 'el Alemán', y Uribe Castrillón (el que tiene hoy su finca). Dialogaron como amigos y se fueron. Y le dije: 'Castaño, ¿qué va a hacer conmigo?, porque yo no soy hombre de guerra'. Me miró duramente y me llevó donde Hazbún. 'Póngale cuota voluntaria a él', le dijo, y se fue con su frase: 'Quien no está conmigo, está contra mí'. Fue el día de mi salvación y condena: me salvé de la muerte, pero quedé sentenciado".
Bajirá se volvió pronto base paramilitar. En diciembre de 1997 le llegó la estocada del exilio: en su casa irrumpieron ocho hombres, cuando los Vélez asistían a una fiesta. "Nos quedamos sin finca, sin casa y sin trabajo".
A comienzos del 2000, Vélez supo que ya el certificado de tradición de La Cubana no estaba a su nombre. Aparecía como si él hubiera firmado poder, en la Oficina de Registro de Frontino, pueblo del occidente antioqueño.
Lucha en los estrados
El 28 de diciembre del 2001 puso la denuncia y en el 2002 se le enfrentó al miedo. En camioneta viajó a Bajirá. "Me acompañó un amigo, que fue tan irresponsable como yo. Pasamos cuatro retenes y en todos debí explicar quién era yo".
Veléz se le presentó al de la finca y le mostró los documentos de propiedad. Él le respondió que le trajera la orden de un juez. Lo único que le quedó fue pedirle permiso para ver La Cubana. Le dolió ir porque ya no había bosque, solo ganado ajeno. Después se marchó a mil, imaginando que lo perseguía la muerte.
En el 2007 sufrió otro golpe, porque el Juzgado 19 Penal del Circuito de Medellín dictó sentencia a favor de Uribe Castrillón. "Él me telefoneó a mi casa de exilio. Mi familia se aterró y me dijo que le vendiera. Cuando le pregunté cómo me había localizado, se rió y dijo que me tenían ubicado. Rodeado de personas como el hermano de 'el Alemán', firmé una compraventa y acepté un pago de 50 millones". Vélez tenía una tutela por violación al debido proceso, ante el Tribunal Superior de Medellín, que en mayo del 2008 le reconoció la propiedad de La Cubana. Y acudió a Justicia y Paz, que destapó las irregularidades.
La Comisión Nacional de Reparación conoce la historia. Vélez se sumó a la Mesa Campesina, formada por despojados y presidida por Benigno Gil, que en octubre del 2008 dijo en la Gobernación de Antioquia que terratenientes habían ofrecido 200 millones de pesos por su cabeza. Un mes después lo mataron en Chigorodó.
A mediados del 2009, en la puerta del nuevo refugio de Vélez, 'emisarios' dejaron amenazas. Cuenta que viajó hasta la empresa de Uribe Castrillón en Medellín. "Le dije que me matara, pero que lo hiciera él".
Hoy es un protegido por el Estado, que de tener 234 hectáreas pasó a vivir en casa ajena y a ver el estudio de sus hijas frustrado.
Lo alienta la ley de víctimas y de restitución de tierras para salir del camino que le trazaron cuando creía que solo a los más humildes los despojaban en Urabá.
Lo que dice el que tiene la finca
Jaime Uribe afirma que le compró a la familia de Vélez
Lucelly Nieto, vocera de Jaime Uribe Castrillón, afirma que en el 2005 él le compró el 50 por ciento del predio a Jhon Freddy Gómez, cuñado de Iván Vélez, y que eso se hizo por medio de una hermana de Freddy. Afirma que le compró la otra mitad a Flor Vélez, esposa de este y hermana de Vélez, por medio de Hernán Darío Duque. La compra está en un proceso en el Juzgado 10 Civil del Circuito de Medellín.
Sobre esto Vélez responde: "Uribe con testaferros maquilla delitos. Mi ex cuñado me dijo que lo presionaron incluso para vender su finca en Bajirá. La Fiscalía investiga a Uribe por la escritura paralela que fabricó en Frontino". Dice que su hermana le aseguró que no firmó papeles de la finca, porque simplemente no era suya.
José Luis Valencia
Editor regional de EL TIEMPO
Valle