Denunciante Avanzado
| Respuesta: Bolsa de Lima cae 10,93% tras resultados electorales Cita: ¿Quién fiscaliza a Drummond? El viceministro me acepta en las respuestas que estoy en lo cierto, pero que, eso sí, “el mayor énfasis de aquí en adelante lo pondrá el Estado en la fiscalización de las obligaciones a cargo de los particulares”. El Estado se sale del negocio. A partir de ahora solo cobrará regalías e impuestos y no actuará como empresario. Dicen, no estaremos como empresarios, pero, eso sí, fiscalizaremos en serio. Y ahorita vamos a examinar cómo es que fiscalizan en serio, porque resulta que tampoco fiscalizan, tal como lo veremos en el contrato de la Drummond. Caemos entonces en el peor de los mundos.
Hablando de la fiscalización del Estado, dice el documento de Contraloría al que hice antes referencia, documento aún no definitivo: “Es ineficiente y permite poner en riesgo los intereses de la nación, por cuanto no realiza procedimientos de control mínimos como la exigencia de un seriado de facturas que podrían representar eventualmente un detrimento fiscal de gran magnitud”.
No puedo dejar de mencionar, así sea muy brevemente, el caso de El Cerrejón Zona Norte. Recordemos que el Estado colombiano fue socio de la Exxon en el montaje de esa inmensa empresa y Colombia invirtió cerca de mil seiscientos millones de dólares. Al final, cuando vendió, entre cuatrocientos y quinientos sesenta millones de dólares “se discute la cifra”, no recuperamos ni lo invertido. Lo que el Estado cobró por la venta de la parte nacional ni siquiera pagó las deudas que tenía Carbocol. Llamo la atención sobre cómo, curiosamente, Colombia termina saliéndose del negocio justo en el preciso momento en que el negocio del carbón se pone mejor que nunca. Es de lo más extraño. Colombia se mete en el contrato, muy discutible en su momento, porque le dicen los analistas, los gringos, que es el mejor negocio del mundo. Y apenas se mete, le dicen que no, que ya el negocio no es tan bueno, y entonces tiene que salirse. Colombia se sale y vende a menos precio sus bienes, pero apenas se sale, el negocio vuelve de pronto a ser el mejor del mundo. (especuladores? no que va!)
Y todas son casualidades que se van presentando, pero en la sucesión de las casualidades siempre a Colombia le va mal.
Estos proyectos no han dejado de ser muy discutidos. Recordemos que Luis Carlos Galán hizo sonoros debates sobre el primer contrato de El Cerrejón. El contrato de Drummond y de Glencore en el Cesar también fue objeto de grandes discusiones en el Cesar. Pero estos debates, como el que hoy tenemos con el TLC, siempre son despachados con un simple argumento, y es que esas minas son la redención del país, la redención de las regiones, y aquel que se oponga o critique es un enemigo del progreso. Queda entonces la controversia más desbalanceada del mundo. Los partidarios del proyecto, por malo que sea, son los que llegan a Chiriguaná, a Barranca, a Fonseca, a prometerle a la gente que por fin va a salir de la pobreza. Y los que están advirtiendo que se van a tumbar la plata, que el negocio es muy malo, que así no debe ser, quedan fichados como enemigos del progreso. |
Continua...en el siguiente se habla de la minería como "redención del país"
|