El diario más leído del Perú parece haber ejercido en las elecciones presidenciales una especie de mala suerte en los candidatos que promovía. Primero fue la candidata inicial del APRA Mercedes Aráoz, quien se retiró poco antes de que comenzaran las campañas. Luego Luis Castañeda, ex-alcalde de Lima, empezó a perder fuerza luego de liderar en las primeras encuestas. Más adelante se inclinaron por el ex-ministro Pedro Pablo Kuczynski, y cuando parecían haberlo acomodado en segunda vuelta, sucumbió ante Keiko Fujimori. Ahora Fujimori parece haber sido víctima de la maldición que rondó a los candidatos apoyados por este diario.
Fundado en 1839, El Comercio inició como un diario de tendencia progresista que sostuvo oposición a muchas decisiones de aquellos años, como el Contrato Dreyfus. Sin embargo, en 1880 fue clausurado debido a la ideología que profesaban. Cinco años después volvió a circular en el Perú, y desde entonces son defensores explícitos de la economía de mercado y de políticas conservadoras, aunque recientemente han dado un giro hacia tendencias más liberales. No obstante, El Comercio ha tenido numerosas contradicciones ideológicas, como su respaldo al gobierno de Alberto Fujimori, de tendencias autoritarias y dictatoriales.
Pese a ser considerado el diario más influyente del Perú, en materia electoral no es la primera vez que no logran influir en los procesos electorales. El año pasado El Comercio apoyó la candidatura de la centro-derechista Lourdes Flores Nano a la alcaldía de Lima, quien finalmente perdió con la centro-izquierdista Susana Villarán. En el año 1990 apoyaron la candidatura del escritor Mario Vargas Llosa, que perdió en la segunda vuelta con Alberto Fujimori, aunque después el diario apoyaría la gestión de Fujimori.
Sin duda el hecho más relevante de estas elecciones en el Perú ha sido este fenómeno que hoy se conoce como la maldición de El Comercio, que dada la virtual victoria de Humala aún no se sabe qué posición podrá asumir uno de los diarios más leídos e influyentes de América Latina, que esta vez no pudo influir en los electores, como sí lo lograron hacer hace cinco años, cuando volcaron su apoyo a Alan García.