El país asiático intentará dinamizar su industria, en crisis tras el terremoto de marzo pasado.
Exportará autos y artículos tecnológicos. A cambio abrirá sus mercados
al zinc, el cobre y los alimentos de su socio sudamericano
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El acuerdo fue firmado por el canciller japonés, Takeaki Matsumoto, y el ministro de Comercio Exterior y Turismo peruano, Eduardo Ferreyros. Prevé una eliminación progresiva de los aranceles de importación que
en los próximos 10 años alcanzará un 99% del total de productos del comercio bilateral.
Hoy en día, el país sudamericano
cobra un impuesto aduanero equivalente al 9% para la importación de televisores y automóviles japoneses.
Se espera que el Tratado de Libre Comercio contribuya al
resurgimiento de la industria japonesa que sufrió las consecuencias del tsunami y la posterior crisis eléctrica por la destrucción de la central de Fukushima.
El ministro peruano había destacado su intención de diversificar las exportaciones hacia Japón, para que éstas no se reduzcan solamente a materias primas. Perú aguarda con expectativa una llegada de inversiones niponas que
fomenten la producción tecnológica en su territorio.
En 2010 el comercio bilateral dejó un
superávit de 400 millones de dólares a favor de Perú. Las exportaciones de bienes del país andino ascendieron a los 1.800 millones de dólares, mientras que Japón envió, en cambio, productos por 1.400 millones.
Para la concreción del acuerdo,
resta aún la aprobación del Parlamento japonés.