Creo que la mayoría de los colombianos tenemos un sabor agridulce en la boca. Más agrio que dulce, para ser sincero.
La Corte Suprema de Justicia acaba de fallar declarando ilícitas (?) las pruebas que contenía el computador del terrorista Raúl Reyes, lo cual quiere decir que no pueden ser tenidas en cuenta en ningún proceso que se adelante desde ahora contra ninguna de las personas en él nombradas.
Basa su decisión la Corte en que no fueron recolectadas por personal de policía Judicial y que el computador fue encontrado en un operativo ilegal en otro país, sin el conocimiento y permiso de las autoridades judiciales del país vecino.
No se puede negar que, a la luz del derecho, la Corte tiene razón. En los últimos años (desde la implementación del Sistema Penal Acusatorio) se ha venido librando una batalla por la legalidad de las pruebas, tanto en su recolección como en su custodia. Este es otro paso más en esa dura batalla.
Bajo esta premisa, no tengo más que apoyar esta decisión. No me gusta en lo personal, pero tiene que ser así.
Ahora, si analizamos otro aspecto, la cosa ya no es tan clara.
En los últimos 12 - 15 años se ha visto una tendencia en las Altas Cortes para desarmar el ******o punitivo del estado y cada vez le quitan a sus órganos funciones que, aunque parezcan pequeñas, a la larga terminan afectando seriamente la situación jurídica del país: Un día le quitan armas a la policía, otro día al ejército, otro a las autoridades de policía judicial, etc. Pareciera que sirven oscuros intereses.
La policía tiene que aguantar todos los desmanes y los abusos de los ciudadanos porque se han derogado artículos sustanciales para su labor en el Código Nacional de Policía, en el Penal, de Procedimiento Penal y hasta en jurisprudencias que atentan contra la eficacia de su labor; tienen que ver impotentes como los delincuentes capturados salen a la calle antes de que finalice el día y vuelven a lo mismo; tienen que esperar a que sean horas hábiles para poder hacer un allanamiento o una captura; ni siquiera pueden hacer un poco de inteligencia para lograr la cartura de álguien porque, he visto casos, que alegan (y ganan) tutelas por acoso, violación de la intimidad, por el buen nombre (dicen que eso les interesa más que la vida de sus víctimas); están bajo el fuego cruzado de la delincuencia, de los organismos de control (que para la fuerza pública, extrañamente si son efectivos y diligentes), las ONGs con ciertas tendencias y de los colectivos de abogado que hacen el gran negocio persiguiendo y denunciando cualquier acción que perjudique a miembros de tenebrosas organizaciones, y un largo etc.
Con el ejército pasan similares cosas, pero ha ocurrido algo que los tiene completamente maniatados y es el que se les haya despojado de las funciones de Policía Judicial. Esto les obliga a que, cualquier operativo tiene que ser legalizado por un funcionariio que si tenga esas funciones. Entonces, hasta en lo más recóndito de las selvas colombianas tienen que desplazarse personas que no están preparadas para ello, con la consabida pérdida de tiempo precioso, por lo que los elementos materiales de prueba se pierden o sufren deterioro, se gastan recursos movilizando estas personas, pues la mayoría de las veces tienen que llevarlos en helicópteros, etc.
Con los funcionarios judiciales, desafortunadamente, pasa otro tanto pero ese es otro tema...
No quisiera pensar que hay una conspiración para que este país caiga en manos de los violentos y de los terroristas, pero cada vez se hace más difícil no sentir esa pequeña ola de desconfianza y de sospecha!