¿Qué pasa si el presidente Santos devuelve la terna?


El concejal del Polo Carlos Vicente de Roux habla de la coyuntura política con María Isabel Rueda.

¿Qué pasa si el Presidente Santos devuelve la terna para reemplazar a Samuel Moreno?

Significaría que le da una segunda oportunidad al Polo para que presente una terna óptima.

Intuyo que a usted tampoco le gustó la terna...

No. No me gustó. Si uno considera los nombres separadamente, tiene que destacar que esas personas han sido exitosas en sus respectivos campos profesionales. No son pintados en la pared. Pero según el tamaño del desafío que enfrenta el Polo, tenía que rectificar frente a la ciudad el descalabro que fue la alcaldía de Samuel y salir a lucirse con su mejor cara, para hacer una óptima gestión en los ocho meses que le quedan.

¿Esta terna es el reflejo de la clásica pugna interna del Polo?

Lo que nos ha venido ocurriendo desde hace mucho tiempo en el Polo es una pequeñez de miras. Cada sector pujó por sus propios intereses y no se pensó en las necesidades ni de la ciudad ni del propio partido. Cosas que se han sabido de esa reunión en que se escogió la terna, en el segundo piso de la sede, en la oficina de la presidenta: el senador Dussán se autopostuló...

¡¿El senador Dussán?!

Y postuló a Wilson Borja. Pero este tuvo la sensatez de decir que no, porque el Procurador lo tiene en la mira para investigarlo.

Por el escándalo de la Farcpolítica. Borja fue sensato en bajarse de ahí. ¿Y a Dussán quién lo bajó?

Hasta donde me han contado, fue Robledo. Entonces Dussán se corrió a un plan B, que fue la carta de Mariella Barragán, una mujer inteligente, interesante, pero con estos apoyos del bloque de la Anapo y los congresistas de carbono 14.

¿Me puede confirmar si el ternado jurista Jaime Moreno es cuota del senador Robledo?

Sí pertenece al Moir.

¿Mariella Barragán es cuota de los Moreno, de Samper y de Dussán?

Así es.

¿Tarcisio Mora lo es de Carlos Romero, el esposo de Clara López?

Está cercano a ese sector. Por supuesto, en una democracia es una mayoría la que impone sus decisiones, pero aquí ni siquiera dejaron deliberar a las minorías.

¿Por qué no lo tuvieron en cuenta?

Hay que ser realistas. No gozo para nada de simpatías en el sector que controla las mayorías en los órganos de dirección. He estado martillando todo el tiempo en el sentido de que el partido se equivocó en mantener ese respaldo político a los Moreno Rojas.

¿El líder de ese apoyo no fue el profesor Carlos Gaviria?
Estoy seguro de que Carlos Gaviria siempre se sintió incómodo con ese apoyo.

¡Nunca se le notó!

Él actuó en función de otros valores y propósitos que para él son centrales, como tener cohesionado al Polo. Carlos Gaviria trajo valores de tipo jurídico al plano de la política, como sostener que había que esperar a que los tribunales y el Procurador resolvieran. Cuando lo que teníamos era un problema ético y político que hemos debido manejar con nuestros propios instrumentos de análisis y evaluación, como hacen los partidos a lo largo y ancho del mundo. Que les dan o les quitan respaldo a los gobiernos, sin esperar a ver qué dicen los jueces.

A cualquier partido le puede pasar un descalabro de esa magnitud...

Que se les meta gente fea, por supuesto.

O que se les meta un alcalde paquete como este. Y en esos casos, la mejor protección al partido es reaccionar, en lugar de no reaccionar...

Exactamente. Se lo dijimos en todos los tonos. Y el Partido acudió a ese dispositivo mental absolutamente esterilizador consistente en adoptar la teoría de que estaba siendo víctima de un complot. Por supuesto, uno puede aceptar que la derecha quisiera recuperar a Bogotá y aislar a la izquierda en la administración de la ciudad, pero ese es el juego político.

Así como la izquierda querría aislar a la derecha en el mismo juego político...

Así es. Pero terminar tapando el sol con las manos sobre la debacle que representaba esta administración en el plano ético, el deterioro contractual y la ruptura total con las pautas de transparencia fue absurdo. Dimos un papayón del tamaño de una catedral con los Moreno Rojas, y no nos les desmarcamos a tiempo.