El Nuevo Diario quedó marginado de la publicidad oficial por criticar al presidente. La estrategia final sería forzar su venta, comprar y entregar la dirección a la hijastra del mandatario, Zoilamérica Narváez


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Los directivos del matutino nicaragüense El Nuevo Diario, crítico del gobierno sandinista, aseguraron estar asfixiados por la falta de publicidad, en especial, oficial. La situación es de tal gravedad que ya comenzaron a negociar la venta del periódico para evitar el cierre.

"Estamos en negociaciones", afirmó el director del diario, Francisco Chamorro, quien descartó versiones que daban por confirmado el traspaso del rotativo a una empresa afín al sandinismo. "Aún no se ha cerrado ningún trato con el Gobierno", aseguró.

Otro de los grandes diarios opositores en Nicaragua es La Prensa, medio que justamente había asegurado que El Nuevo Diario ya había sido comprado por la familia del presidente Daniel Ortega y que la dirección recaería en la hijastra del jefe de Estado, Zoilamérica Narváez.

En un comunicado en el que dio cuenta de la crisis, El Nuevo Diario explicó que desde finales de 2010 la situación financiera "se ha visto deteriorada", lo que obligó a "dolorosos recortes de personal", que involucraron a un cuarto de la plantilla. Pero "la captación de anuncios sufrió un serio desplome, a tal punto que aún con la reducción de gastos que se hizo, no se podía afrontar la totalidad de la crisis".

Como si fuera poco, un juez ordenó embargar al diario, preventivamente, por 56 mil dólares, para responder a una demanda laboral de 11 ex empleados que reclaman se cumpla con el pago de sus indemnizaciones.

El Nuevo Diario, surgió en 1980 durante la Revolución Sandinista de una escisión del diario La Prensa, por discrepancias entre sus dueños -la familia Chamorro- acerca de la línea editorial, crítica del proceso revolucionario. Con los años, El Nuevo Diario tomó distancia de la dirigencia del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y sus críticas se acentuaron con el retorno de Daniel Ortega a la presidencia en enero de 2007.

La crisis financiera del periódico y los rumores de venta provocaron reacciones de sectores políticos e intelectuales."Día aciago para mi país, hemos perdido un medio de comunicación escrito que nos acompañaba desde los 80: El Nuevo Diario será vendido a la familia Ortega-Murillo. El cerco es cada vez más apretado", dijo en su blog la poetisa Gioconda Belli.

"Ya tienen empresas para producir y distribuir energía, tienen haciendas, hoteles, restaurantes y los medios de comunicación no han sido la excepción (...) van a apagar una voz crítica", manifestó el diputado disidente sandinista, Víctor Tinoco.

La crisis de El Nuevo Diario estalla a seis meses de las elecciones presidenciales en las que Ortega buscará su reelección, algo que la oposición califica de inconstitucional. El mandatario, que gobernó por primera vez entre 1985 y 1990, fue inscripto nuevamente como postulante del Frente Sandinista. Sin embargo, el artículo 147 de la Constitución prohíbe ocupar el cargo más de dos veces y en dos períodos consecutivos. Sus seguidores justifican la decisión en una sentencia emitida por seis magistrados judiciales, afines al partido del poder, que declaró que la norma es "inaplicable" para su persona. El Tribunal Electoral de Nicaragua autorizó la inscripción de su candidatura, justamente, basándose en esa sentencia judicial previa.