En la serie “Evidence of Things Unseen” Simen Johan explora el lado oscuro de la niñez creando imágenes que retratan las pesadillas o fantasías de los niños frente a un mundo destruido. En todas las imágenes parece que los adultos han desaparecido y ahora los niños tienen el control de satisfacer sus fantasías y deseos reprimidos creando una realidad alterna en un mundo bizarro. También se puede apreciar la soledad en la que se ven sumergidos los personajes, a pesar de tener el control y parecer estar satisfechos con su mundo reflejan miedo y parecen sentirse abandonados. Otro aspecto impactante en la serie es la repetición de animales que no solo aparecen muertos si no que fueron torturados de una forma siniestra pero al mismo tiempo infantil. Vemos aves que tienen la cabeza cubierta con cinta y otros animales enredados o quizás ahorcados con estambre de colores de forma tan colorida que parece el resultado de una fiesta infantil.
Simen Johan nace en 1973 en Kirkenes, Noruega, en 1979 se fue a vivir a Suecia donde estudio cine, video y fotografía. En 1992 llega a Nueva York e ingresa a la Escuela de Artes Visuales de esta ciudad. Simen Johan, como muchos otros fotógrafos contemporáneos, tiene ciertas influencias de Edward Hooper, sobretodo por la sensación de tristeza, desolación, teatralidad y deseo; así como la interrogante de lo que pasó antes/después de ese cuadro, como si fuera parte de una película.
¿Qué es una fotografía? Hay quien la ve como una gota de mercurio, un sueño claro y límpido; para otros puede ser un mensaje del subconsciente, un garabato que será descifrado no se sabe cuándo ... dentro de muchos años, quizá.
Es un monólogo que intenta hacerse coloquio, una oferta, una coartada, un saludo. Nos puede acometer o acariciar, puede expresar amor o ultraje, dar testimonio de credo político,
profundizar nuestro concepto de la vida y de la muerte.
Si está demasiado inundada de luz, nos deslumbra; si se oculta demasiado en la sobra, nos confunde.
Eva Rubinstein