Los enfrentamientos entre los insurgentes y las tropas leales a Khadafi recrudecieron en el suroeste del país, provocando medio centenar de heridos. El régimen lanzó una nueva ofensiva en Misrata arrojando minas al mar


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Los soldados llegaron en la mañana del sábado a quince kilómetros al este de Zenten, principal ciudad de la región que se sumó a la rebelión en febrero. Varios centenares de combatientes rebeldes salieron a su encuentro, obligando a replegar a los fuerzas gubernamentales a Al Alauinia, una localidad situada a treinta kilómetros.

En la morgue del hospital de Zenten, un corresponsal de la AFP contó nueve cuerpos, y un equipo de Médicos sin Fronteras informó de cincuenta heridos, varios de ellos en estado grave.

Los opositores al dictador libio denunciaron que utilizó helicópteros marcados con el emblema de la Cruz Roja para sembrar minas en las aguas del puerto de Misrata.

La OTAN confirmó que hubo vuelos en esa zona, en una clara violación a la zona de exclusión aérea. Sin embargo, no ratificó si los ******os tenían el emblema de la organización internacional.

Un trabajador humanitario declaró que vio helicópteros efectuar círculos sobre el puerto y arrojar los explosivos en el mar. En Ginebra, una portavoz de la Cruz Roja dijo haber recibido informaciones similares sin poder confirmarlas.

En tanto, Italia negó que haya accedido a facilitar armas a los rebeldes, como aseguró el vicepresidente del Comité Nacional de Transición (CNT), Abdelhafid Ghoga.

Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano recordaron que el país sólo facilita "material para la auto-defensa" según los acuerdos de la cumbre del Grupo de Contacto sobre Libia de abril en Doha. Esas provisiones, aclararon, no son en ningún caso "material de ataque".

El líder rebelde había informado el inicio de una negociación con el país europeo. "Nuestros enviados viajaron en dos ocasiones a tal fin", había afirmado.