Denunciante Bronce
 |  Puente La Paz, el próximo en colapsar
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 | La Paz, el próximo en colapsar Por: Pastor Virviescas Gómez / Enviado Especial de El Espectador El principal puente que comunica a Bucaramanga con Barrancabermeja está a punto de colapsar y su reemplazo, que ya cuesta más de 10.000 millones, debió estar listo en un año, ya llevan más de tres años y hoy está paralizado. 
Foto: Pastor Virviescas Este es el Puente de La Paz, hoy con paso restringido debido a problemas en su estructura.
Lo único que falta es que a los usuarios del Puente de la Paz, que une a Bucaramanga con Barrancabermeja y el Magdalena Medio, les entreguen un volante en el que les adviertan que nadie se hace responsable de lo que les pueda suceder.
Y es que a esta estructura colgante de 140 metros de luz, izada sobre las turbulentas aguas del río Sogamoso, le queda poco tiempo de vida después de 27 años de uso extremo.
De colapsar, Santander quedaría incomunicado con buena parte del país, ya que el puente que está siendo construido en su reemplazo desde diciembre de 2007, no sólo no va ni por la tercera parte, sino que sus 25 obreros suspendieron labores desde el pasado 9 de abril, ya que el contratista de Invías llamado Consorcio Sogamoso, no les había pagado tres quincenas y aunque el domingo 10 de abril accedió a cancelar una quincena, los obreros continúan en su protesta.
El Espectador recorrió por encima y por debajo la construcción entregada en 1974 durante el Gobierno de Misael Pastrana Borrero y constató además de una vibración exagerada, que las bases de las barandas se mueven al paso de cada camión y que al menos dos vigas registran deterioro. Para completar, a lado y lado operarios dan vía por turnos en un solo sentido, ya que el puente en el estado en que se encuentra no soporta más peso y su caída podría provocar una tragedia ya que por aquí transitan a diario miles de automóviles, buses, camiones y carrotanques.
“El Puente de la Paz se encuentra en un estado que no garantiza su funcionamiento y el factor de seguridad no se cumple. La estructura ha sufrido un grave deterioro, reflejado en la rotura de las placas de concreto y en las juntas de dilatación”, afirmó el ingeniero Samuel Montero, experto en puentes y decano de la facultad de ingeniería civil de la Universidad Bolivariana.
Montero, autor de un estudio reciente sobre esta obra, advirtió que hay que intervenir el puente cuanto antes, porque debido al mal funcionamiento ha perdido rigidez y se mueve mucho. “El nivel de vulnerabilidad es muy alto y nos preocupa que en el corto o mediano plazo quede inservible o colapse por completo”, señaló.
El puente atirantado de La Paz y ubicado a 60 kilómetros de Bucaramanga, fue construido inicialmente para soportar camiones de hasta 32 toneladas, y posteriormente fue reforzado con otro juego de cables para resistir camiones de hasta 40 toneladas. Luego, ante el visible deterioro y detectarse que el segundo juego de cables está menos tensionado, se optó desde hace tres años por restringir su circulación a un solo sentido.
Pero lo que hizo encender las alarmas fue la visita que El Espectador realizó en compañía de expertos de la Cámara de Comercio de Bucaramanga. Tanto, que el presidente ejecutivo de la entidad le envió de inmediato una carta al director nacional de Invías, Carlos Alberto Rosado, solicitándole su urgente intervención “para que la construcción del puente se aborde de manera responsable y se investigue las posible irregularidades que en la ejecución del mismo se presentan”.
Una de las anomalías detectadas por la Cámara de Comercio, es que “se confirmó que el contratista no cuenta con ingeniero residente y tampoco hay ingeniero residente de interventoría”, por lo que “la obra se encuentra totalmente abandonada”.
El reemplazo del Puente de la Paz es un ejemplo de la lentitud de algunos contratistas de Invías, de la negligencia del Instituto y la despreocupación de las autoridades y gremios de Santander que durante más de tres años no se han inmutado ante este nuevo ‘elefante blanco’ y sólo hasta ahora lo están haciendo la Cámara de Comercio y la Gobernación.
Según el ingeniero Félix Jaimes Lasprilla, la ‘triste historia’ del nuevo puente es la siguiente: la construcción y diseño se adjudicó por Invías Nacional (resolución 6525) en diciembre de 2007 y por 6.600 millones de pesos, al Consorcio Sogamoso conformado por cuatro empresas: Civiltec EU (empresa unipersonal), DQ Ingeniería EU, Pavimentos y Construcciones Limitada y Construcciones e Inversiones RDV, con un plazo de un año.
El contrato 745 se firmó en enero de 2008 estableciendo como fecha de entrega el 31 de diciembre del mismo año. En agosto de 2009 se adicionó en 220 millones de pesos y en abril de 2010 se adicionó nuevamente en $3.300 millones, es decir, un 54% del valor inicial.
Aterrado, el ingeniero Jaimes Lasprilla le dijo a El Espectador: “Después de nueve prórrogas, se fijó como fecha final de entrega el 28 de febrero de 2011. Sin embargo, el contratista insólitamente logró el pasado 18 de febrero que se congelara el plazo de entrega. Con los antecedentes expuestos, por fin Invías acudió a la compañía de seguros, y si ésta positivamente interviene, en el mejor escenario, aspiramos en un año a tener nuevo puente, sin los aproches”. Accesos que a su vez demandarían al menos otro año más para su diseño y construcción y que el nuevo puente no entre a engrosar la lista de aquellos que han sido construidos pero no están en uso porque no hay cómo subirse a ellos.
El gobernador Horacio Serpa Uribe reaccionó indignado ante la crítica situación y dijo a El Espectador que ayer (lunes) mismo le iba pedir al Ministerio del Transporte e Invías, que “ya que el contratista abandonó los trabajos, de inmediato se caduque ese contrato, se hagan efectivas las pólizas, se le exija la responsabilidad correspondiente al contratista Consorcio Sogamoso y disponer que otro contratista asuma esa responsabilidad, antes de que por desgracia se vaya a dañar definitivamente el puente”.
Ante el estado de deterioro del puente existente, que se incrementa diariamente, así como el riesgo de colapsar, Serpa Uribe manifestó que “si se cae, quedamos en la olla porque es como regresarnos 35 años, cuando había un ferry en el río Sogamoso, y los daños a la economía y el desarrollo social serían enormes. En este momento no habría forma alguna de superar esa situación”.
Este puente, también bautizado ‘Gabriel Turbay’ en la época del ministro de Obras Argelino Durán Quintero, une las dos principales ciudades de Santander, a Barrancabermeja y su refinería con el nororiente colombiano, e impactaría en la construcción de la represa hidroeléctrica Hidrosogamoso, que está siendo levantada metros arriba por Isagen.
Mientras el daño avanza con el paso de los dobletroques que tienen una mayor concentración de carga por eje, las tractomulas deberán seguir tomando la ruta Bucaramanga-Rionegro-El Playón-San Alberto, la cual debido a la temporada invernal de finales de 2010 y la actual arremetida de las lluvias, presenta derrumbes a diario, lo cual ensombrece aún más el futuro de esta región limítrofe con Venezuela.
A la deriva permanecen los 25 soldadores y auxiliares oriundos de Chocó, Antioquia y Boyacá, que por un jornal de 30.000 y 25.000 pesos, respectivamente, deben trabajar bajo una temperatura cercana a los 40 grados centígrados, sin que les paguen a tiempo sus salarios y sin cobertura de seguridad social, según lo denunciaron. A su lado, personas como María Vitelma Claro Quintero, arrendataria del restaurante ‘Brisas del Sogamoso’, quien les ha suministrado el servicio de alimentación a los obreros y de furgón-oficina al Consorcio Sogamoso, espera que el contratista, a través del ingeniero Roberto Gutiérrez, le cancele los 27,3 millones de pesos que dice ella le adeudan.
“No tiene ninguna explicación este estado de abandono y la Cámara de Comercio les está pidiendo a la dirección seccional de Fiscalías y a la Procuraduría Provincial que investiguen esta situación. Van a pasar más de cuatro años sin haberse cumplido el objeto de la obra y el responsable de que se ejecute la obra es Invías, que debe aplicar las pólizas y las sanciones correspondientes”, concluyó Jaimes Lasprilla.
“Sería espantoso para Santander que el Puente de la Paz se llegara a caer. Que Dios nos coja confesados, pero estamos haciendo las advertencias porque el riesgo existe y es muy alto. La situación debe ser abordada como una emergencia y así debe actuar Invías”, dijo el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Bucaramanga.
Enlace: http://www.elespectador.com/impreso/...oximo-colapsar
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