Sin quererlo, Ahmed Gheriani se ha convertido en una figura heroica de la rebelión libia al difundirse un video en el que se le ve tirado en el suelo y con la cara ensangrentada, desafiando a las tropas de Muamar Gadafi.
En ese video, cuando la cámara se acerca a él, se escucha una voz ordenándole que se dé la vuelta. Ahmed obedece, gimiendo de dolor.
“Di ‘larga vida’… di ‘larga vida a Muamar’”, grita la voz.
“Allahu Akbar” (Dios es grande), responde. En ese momento suenan unos disparos, y la cámara se desvía.
Otro video, también colgado en internet, muestra el cuerpo inerte de Gheriani en la parte trasera de un camión, rodeado de milicianos pro Gadafi sonrientes.
Las imágenes han sido ampliamente difundidas en Al Marj, una pequeña ciudad en manos de los insurgentes situada al norte de Bengasi, feudo de los rebeldes en el este del país.
Los habitantes saludan el coraje de Gheriani, y ven en sus verdugos la encarnación de la brutalidad de cuatro décadas de reino autoritario de Muamar Gadafi.
La familia y los amigos de Ahmed Gheriani ignoran si murió o si está preso en manos de las fuerzas de Gadafi.
“Después de ver las imágenes, no he podido moverme durante 24 horas”, dice su hermano Abdalá, de 40 años. “No he podido comer, ni beber, ni dormir”.
Sus allegados creen que fue alcanzado por disparos el 6 de marzo, al día siguiente de ir al frente, sin armas, para ayudar a evacuar a los heridos.
Según cuentan, Ahmed Gheriani, de 38 años, es un hombre inteligente y afectuoso, que mostraba poco interés por la política y carente de experiencia en la guerra.
Jaled al Fazzani, un amigo, cuenta que Ahmed Gheriani lloraba cuando veía las imágenes de los manifestantes heridos.
“El decía: ‘tengo que ir. Debo defender al pueblo de esta represión’”, recuerda su amigo. “Le dije que había aviones, tanques, cohetes. Que él no tenía nada, que no podía luchar contra ellos. Él me respondió simplemente que debía ir allá”, añade.
Jaled afirma que sintió orgullo al ver la actitud de su amigo, y al mismo tiempo pena, por las imágenes que lo muestran sangrando sobre el asfalto.
“Estuve orgulloso de él (…) pero también triste, porque estaba ahí tirado, solo”, dice.
Ahmed Gheriani es uno de los 400 libios del este del país en paradero desconocido desde el comienzo del alzamiento popular contra Gadafi, según un balance de la Media Luna Roja libia. La organización no ha podido precisar cuáles de esos desaparecidos han muerto o han sido detenidos, y no ha tenido contacto con el gobierno.
“Una vez arrestados, desaparecen. Tal vez llamarán a sus familias, pero en general nadie sabe nada”, cuenta Dina Jarbu, una voluntaria de la Media Luna Roja.
Los responsables de los rebeldes piensan que Gheriani está muerto.
“Suponemos que está muerto, porque los esbirros de Gadafi saben hacerlo muy bien”, dice Mustafa Gheriani, portavoz de los rebeldes. “No hacen prisioneros”.
En la casa familiar, la cama de Ahmed todavía está deshecha. Hay otra habitación, que se está arreglando. Preveía instalarse en ella una vez casado.
“Antes de que se fuera, le pregunté: ¿no deberías casarte antes de ir a la guerra?”, dice Fazzani. “Me respondió: ‘me casaré en el paraíso’”