Después de haber pasado 20 años de su vida sin saber acerca de su madre y su padre, se quedó incrédula y horrorizada al saber la verdad.






Su madre y su padre eran hermanos.
Hasta entonces todo lo que sabía sobre su pasado, era que había sido abandonada al nacer por su madre y luego pasó tres años en un orfanato, antes de ser adoptada.


Ahora, 30 años más tarde, Teresa, de 52 años, habla abiertamente sobre los problemas médicos y emocionales que la han afectado durante toda su vida adulta a causa de sus padres biológicos.
Un doloroso recordatorio, de que ella fue el resultado de una relación incestuosa e ilegal, que le recordó la semana pasada, cuando apareció la historia de un padre y su hija que tienen un bebé.


La historia de Penny Lawrence, de 28 años, y su padre Gary Ryan, de 46 años, conmocionó al mundo.
La pareja, se reunió por primera vez el año pasado, cuando Penny habló de su distanciado padre, declarando abiertamente su amor hacia su padre, un problema psicológico por una condición genética sexual o atracción GSA.
Pero no fue sólo su relación la que que enfureció a muchas personas, también es su decisión de tener el bebé, que es de su padre.


A pesar que su hijo podría nacer con discapacidades mentales o físicas, Penny tiene seis semanas de embarazo y dijo que iba a terminar el embarazo, si el escáner del feto demuestra que el bebé tiene problemas.
Hoy Teresa advierte, a la pareja sobre la angustia y los posibles problemas físicos que podría tener el niño. Ella ha estado plagada de problemas de salud y decidió no tener hijos por miedo a que pudieran tener defectos genéticos.
Teresa dice que Penny, tiene la decisión de traer al niño al mundo, ellos son los responsables y pueden hacer lo que quieran. Pero decidir tener un hijo en esas condiciones, es irresponsable y egoísta.
Sé lo que se siente ser un hijo de una relación incestuosa.
Este niño, sin duda, descubrirá el secreto de la relación de Penny y Garry, ya que han hablado tan abiertamente de ello en público. Va a ser muy confuso y perjudicial mentalmente para ese niño. Y físicamente, podría arruinar su vida.


Teresa, una gerente de un hogar de cuidado de niños, pasó sus primeros tres años en un orfanato en Brentwood, Essex.
A partir de ahí, fue adoptada por Terence y Weiler Truda y disfrutó de una infancia feliz y amorosa con sus dos hermanos mayores y una hermana menor.


Encontrar esto me golpeó duro. La idea que yo era la hija del incesto, me hizo sentir sucia
Crecí amando el deporte y jugaba hockey, pero cuando tenía 17 años mi rodilla derecha se rompió durante un partido y tenía que someterme a una operación.
Esta cirugía disparó la osteoartritis, de la que he llegado a tener más de 20 operaciones. Arruinó mis sueños de convertirme en un deportista.
Aún tomó analgésicos todos los días y pronto tendré que someterme a una operación de reemplazo de rodilla.


Cuando ella fue diagnosticada por primera vez de osteoartritis en su adolescencia, Teresa comenzó a pensar en su composición genética y la historia médica de sus padres biológicos.
Esta curiosidad y el deseo de conocer más, la llevó a contactar con los servicios sociales. Ellos fueron capaces de encontrar las notas escritas, cuando ella nació.


Teresa recuerda: “Mi corazón latía con fuerza al leer los detalles sobre mis padres, que habían decidido dejarme en el hospital a cargo de los servicios sociales. Estaba escrito que mi madre era una camarera soltera de 16 años de edad, de Belfast”.
“Llamaron a mi padre como su hermano de 14 años, Me sentía físicamente enferma por lo que leía.





“Mirando con incredulidad en las notas, era como si estuviera atrapada en una pesadilla. La comprensión que mis padres eran parientes de sangre. Hermanos. Fue vergonzoso. No le dije a nadie acerca de mi descubrimiento, por más de 20 años”.


Yo crecí en una familia estricta, católica, el descubrimiento de mis padres me golpeó muy duro. La idea que yo era la hija del incesto, me hizo sentir enferma y sucia. Fue increíblemente difícil superar esta realidad.


“Tuve que lidiar con el choque inicial, que luego se convirtió en rabia y amargura hacia la madre que me abandonó”.
Sin embargo Teresa todavía quería conocer a su madre y los servicios sociales organizaron una reunión. Mi madre estaba dispuesta a reunirse conmigo y, aunque yo sabía que no sería un reencuentro feliz, sentí la necesidad de conocer su rostro.


Fue un shock ver a mi madre, estaba con un hombre que se presentó como su amigo. Nos quedamos mirando por igual, El día de hoy creo que era su hermano, es decir mi padre.
Teresa estaba llena de preguntas para su madre, pero no pregunte sobre mi padre.
Yo estaba muy enojado hacia ella y exigí saber cómo me pudo haber abandonado en el hospital. Ella dijo que lo había hecho por mi beneficio.


Nuestra reunión duró sólo 20 minutos y me dejó con un número de teléfono, para poder reunirnos de nuevo. Probé el número a los pocos días y la línea estaba muerta. Nunca he visto o escuchado de ella otra vez.


Al pasar los años, Teresa continuó viviendo con el secreto de sus padres biológicos y tomó la decisión desgarradora de no procrear hijos, en caso que tengan defectos genéticos.
Al crecer, yo estaba desesperada por tener hijos y me encantaba la idea de ser madre, pero yo no podría vivir con la carga si alguno de ellos sufriría por mi culpa.


Obviamente, esto afectó mis relaciones románticas, nunca me permití acercarme a un novio. No sólo estaba viviendo con un oscuro secreto, sino también la imposibilidad de tener hijos.
Ahora estoy sola y aunque soy feliz en mi trabajo y la vida, siento que he sacrificado una parte importante de mi vida a causa de mis padres.


Teresa, de Huntingdon, finalmente habló de sus padres a su familia adoptiva y amigos hace diez años. ”Me sentí lo suficientemente valiente para hablar con ellos sobre esto”.
El apoyo total y el amor que recibí de ellos fue abrumador. Ahora me siento feliz de hablar la verdad y finalmente han llegado a un acuerdo con mi situación.