Washington (dpa) – Libia está poniendo en apuros al presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Sobre todo los conseradores le reprochan la poca claridad que existe en la acción militar. ¿Se trata de proteger a los civiles o de derrocar a Gadafi? Y piden explicaciones.
Aunque Obama está de gira por América del Sur, en casa la tormenta arrecia. Cada vez suena con más fuerza la pregunta al “comandante en jefe”: ¿Y cómo va a acabar? ¿Cuál es la estrategia? Los grandes diarios del país se abocan a la especulación al igual que los comentaristas de los canales de televisión. La oposición republicana no tiene duda alguna: quiere respuesta claras de Obama.
Y el presidente es en parte responsable del dilema. El líder libio Muamar al Gadafi ha perdido su legitimidad, “tiene que marcharse”, ha dicho en reiteradas ocasiones. Ahora Obama no deja de subrayar que el papel de Estados Unidos en esta acción militar en Libia está estricamente delimitado: “No emplearemos la violencia para ir más allá de nuestro objetivo definido: la protección de civiles”.
¿Y ambas posiciones son conciliables? Cada vez son más los expertos que dudan al respecto. Consideran que Estados Unidos, con Irak y Afganistán, podrían agobiarse con otra misión, que finalmente podría convertirse en más larga de los esperado y demandar así más recursos de Estados Unidos.
Se especula con que Obama y sus aliados confían en debilitar a Gadafi con los ataques aéreos de tal manera que se llegue a producir una revuelta en sus propias filas.
Ello y el reforzamiento de los insurgentes podría dibujar un futuro para Libia sin el dictador, según indicaron fuentes próximas a Washington.
Pero son sobre todo los analistas militares los que consideran que ese escenario es demasiado optimista. Temen que Gadafi no pueda ser apartado del poder sólo con los ataques aéreos. Además, hasta la fecha tampoco hay un concepto sobre qué va a suceder después de Gadafi.
El “New York Times” duda de que Estados Unidos y los aliados vayan a invertir lo suficiente como para ganar la batalla. Micah Zenko, del Institut Council on Foreign Relations, apunta que hasta la fecha no se ha hecho esa inversión. Sólo la zona de exclusión de vuelo no es suficiente para deshacerse de Gadafi, dijo. Se necesitaría “entrar en Trípoli”.
Pero el despliegue de tropas de tierra es algo que Obama ni se plantea. Ya le cuesta suficiente convencer a la población de su país sobre la misión en Afganistán. Y después de lo ocurrido en Irak, bajo ninguna circunstancia quiere dar la impesión “que este es un nuevo intento de Estados Unidos de utilizar la violencia militar para conseguir un cambio en el mundo árabe”, explicó el senador demócrata Jack Reed. Entonces, ¿cuál es el objetivo?
El jefe del Estado Mayor estadounidense Mike Mullen por si acaso ya va preparando el terreno. A la pregunta de si se puede considerar exitosa una acción militar aun cuando no se consiga el derrocamiento de Gadafi, el almirante dijo: “Seguro, es una posible salida”.
Otros lo ven de otra forma. El independiente Joe Lieberman señaló que Obama, con su exigencia de que se marche Gadafi se ha atado las manos. Una operación militar, que no desemboque en que el líder libio sea apartado del poder, sería interpretada sin duda alguna como un fracaso. “Si el presidente afirma que Gadafi se va, y nosotros no nos aseguramos de que se va, la credibilidad de Estados Unidos y su prestigio quedará dañado ante el mundo”, afirma el senador en “USA TODAY”.
Los republicanos están encantados con los problemas de Obama. Afirman que las posibilidades de éxito del operativo “Odisea del Amanecer” hubiesen sido mayores si Obama no hubiese tardado semanas con las negociacioens. Ahora quieren respuestas claras del presidente.
“El gobierno tiene la responsabilidad de definir ante el pueblo estadounidense, el Congreso y nuestras tropas lo que es la misión en Libia y explicar mejor el papel de Estados Unidos en la consecución del objetivo y cómo se va a lograr”, dijo el portavoz de los republicanos en el Congreso Joe Boehner.
Stephen Hadley, el que fuera consejero de seguridad del presidente George W. Bush, también se pronuncia en ese mismo sentio. “Lo que diga el presidente sobre lo que nosotros queremos hacer como nación no se conjuga con lo que el Consejo de Seguridad de la ONU permite y lo que nosotros queremos poner a disposición en recursos”, dijo el republicano. “No puedo ver cuál es la estrategia en Libia”.