Con el fin de alentar cambios en su par del Norte, el ejército surcoreano ha arrojado hacia Corea del Norte medicinas, alimentos, radios y volantes informando sobre las protestas en Medio Oriente, según declaraciones de la parlamentaria Song Young Sun.
La diputada conservadora explica que con esta campaña propagandística se aspira a que los norcoreanos se planteen el cambio político en su país. El Ministerio de Defensa mantiene también en este caso la política de no comentar asuntos sensibles sobre sus relaciones con el Norte.
Con los alimentos se envía una nota en la que se precisa que estos proceden del Ejército del Sur y que pueden consumirse por humanos sin ningún problema, aunque se sugiere alimentar primero al ganado para garantizar la seguridad alimentaria.
Los analistas creen que el nivel de control que ejerce Pyongyang sobre la información y los movimientos del pueblo es tan alto que los norcoreanos podrían revelarse tal y como lo han hecho las poblaciones de Túnez, Egipto y Libia, entre otros países de la región.
A raíz del bombardeo de la isla de Yeonpyeong, Corea del Sur ha recuperado su campaña de comunicación directa con los habitantes del norte. Los contactos a nivel militar entre las dos Coreas celebrados en febrero fueron un fracaso.