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freeyon · 26-02-2011 , 19:27:31

Dos cables de la embajada norteamericana califican al actual vicepresidente de la República como un hombre pragmático que respaldó al Polo más por lealtad que por convicción.

A mediados de 2006, terminadas las elecciones presidenciales que le permitieron al presidente Álvaro Uribe gobernar por cuatro años- siendo el primer presidente en ser reelegido desde la Constitución de 1991- la embajada de Estados Unidos en Colombia envió un cable en el que no analizaba el resultado electoral, sino que se ocupa de un personaje que generaba polémica por el manejo que le estaba dando desde dos años atrás a una millonaria polémica con la firma CISA -encargada de ejecutar el proyecto de la doble calzada Cali-Candelaria- pero que a su vez cumplía una destacada labor, a su juicio al frente de la Gobernación del Valle del Cauca. Meses atrás otro envío se refería específicamente al mismo hombre.
Los cables, uno escrito por el encargado de negocio de la embajada de Estados Unidos en Colombia, Milton K. Drucker y otro por el entonces embajador Willian B. Wood -en marzo de ese mismo año-, no se ahorraban elogios para destacar la personalidad y los logros del hoy polémico Vicepresidente, que ha alcanzado en apenas seis meses de gestión tener la notoriedad y protagonismo que no han logrado sus pares en los gobierno anteriores.
Ambos funcionarios norteamericanos coincidían en sus informes en calificar a Garzón como un prominente hombre de la izquierda moderada, que no ocultaba sus aspiraciones presidenciales para las elecciones de 2010.
“Es uno de los más destacados representantes de la izquierda moderada en Colombia y considerado como un posible candidato presidencial del partido Polo Democrático Alternativo en 2010”, citó el embajador William Wood.
Puede parecer lento, porque habla en voz baja y pausada, -señaló Drucker en un perfil muy completo sobre la vida y personalidad del entonces gobernador- sin embargo, dijo que a medida que se calienta la conversación habla con convicción no solamente de temas coyunturales sino que hace referencia a los principios detrás de las políticas.
Advertía Drucker en otro cable que era un hombre pragmático y poco radicalizado y que no obstante que apoyaba a su partido, el Polo Democrático Alternativo, en público, en privado criticaba a algunos de sus miembros y sus posiciones.
De hecho reseñó que Garzón calificó, en algún momento, de irresponsables las posiciones radicales de algunos parlamentarios del Polo, como por ejemplo Gustavo Petro, elegido senador de la República en las elecciones para Congreso ese mismo año.
No solamente criticaba a sus compañeros de partido, sino que mostraba su apoyo al presidente Uribe y que incluso citaba frases que iban en la línea de pensamiento uribista, tales como que no podría haber desarrollo social sin seguridad, destaca Drucker.
Los funcionarios advirtieron que Garzón había predicho que Uribe ganaría en la primera vuelta en las elecciones y que había comentado su acompañamiento al candidato de su partido más por lealtad que por convicción.
Un cable enviado a Washington por el embajador Wood indica que cuando a Garzón le preguntaron sobre sus aspiraciones presidenciales no ocultó su deseo de ser candidato en 2010. Pensaba que el país podría dar un giro político tras ocho años de mandato de Álvaro Uribe.
Es más, el propio Garzón se ubicaba en una línea de pensamiento Lula-Vázquez-Bachelet y criticó duramente al presidente venezolano Hugo Chávez, de quien dijo estaba socavando las instituciones democráticas.
Seguramente le interrogaron sobre otros posibles aspirantes a la Presidencia dentro de su partido político -pregunta que no está reseñada en dichos cables-. Pero cuya respuesta queda registrada cuando señala que él mismo y el entonces alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, eran los hombres más capaces del Polo, puesto que eran ejecutivos que habían tenido que tomar decisiones que afectaban directamente la vida de las personas desde sus cargos. Advirtió que otros ideólogos del Polo podían darse el lujo de asumir posiciones radicales, ya que éstas no tenían influencia directa sobre la vida de la gente.
Wood enfatizó que Garzón criticó en varias oportunidades al Polo. Drucker reseñó que insistió en que Gustavo Petro y otros líderes del Polo no eran mejores candidatos para ocupar lugares más altos.
En las conversaciones Angelino Garzón dejó ver su

o por la posición del Polo frente al Tratado de libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y confió en que el Congreso de la República lo ratificara. Previó que la administración Uribe debía hacer una labor pedagógica intensa para socializar el tema y escuchar atentamente a los eventuales perdedores.
Garzón dijo que el TLC era muy bueno para los productores de azúcar del Valle y que el acuerdo podría ayudar a Colombia a exportar etanol a los EE.UU. Valoró las quejas de los agricultores, en especial del sector de los cereales.
Gracias a su posición respecto al TLC, los funcionarios consideraron que podría ser buen aliado para manejar la discusión del tema al interior del país. Inclusive Garzón propuso hacer un seminario en el Valle con participación de funcionarios de la embajada y miembros del gobierno central.
En junio de 2007 Garzón acompañó al presidente de la República Álvaro Uribe a Washington para conseguir el apoyo del congreso del país norteamericano en la aprobación del TLC, en momentos en que arreciaban las críticas sobre el respeto a los derechos humanos y el asesinato de sindicalistas en el país