Las masacres aumentaron en Colombia un 40% en 2010, cuando las bandas criminales, Bacrim, se afianzaron hasta convertirse en la principal amenaza, advirtió ayer la ONU en su informe anual sobre derechos humanos en el país.
Durante la presentación, el representante en Bogotá del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Christian Salazar, expresó la preocupación del organismo por "un aumento de la violencia generada por estos grupos armados ilegales".
Salazar denunció que las bandas criminales cometieron "homicidios, amenazas, extorsiones y actos de violencia sexual, y provocaron desplazamientos forzados individuales y colectivos".
"Particularmente preocupante es el fuerte aumento de las masacres (40%) en el contexto de disputas violentas entre estos grupos y entre facciones de un mismo grupo", matizó, al calificar a estas organizaciones como "grupos armados ilegales surgidos de la desmovilización de organizaciones paramilitares".
"Muchos mandos medios de las Auc tomaron posiciones clave en estos nuevos grupos", afirmó Salazar, al expresar que alrededor del 50% de los actuales jefes provienen de los Bloques paramilitares.
El Alto Comisionado explicó que, "el móvil fundamental de las Bacrim es la obtención de lucro económico a partir de actividades ilícitas" y, por ello, "ejercen control social y recrean estructuras similares a la delincuencia organizada", aunque "sin evidenciar una clara y coherente ideología o intencionalidad política".