Propongo ponernos burdos, dejarnos de ciencia y tecnología, de avances científicos y de nuevos inventos. Pongámonos lúmpenes y adoremos a lo bizarro, a lo fuera de lo común, lo que engaña fácilmente el ojo. Adoremos a los fenómenos. Adoremos a las aberraciones genéticas que dan lugar a los animales más grandes del mundo.
No, no estamos en un show para rednecks de Texas. Estamos en OjoCientífico, y dejando un poco de lado el tono académico, me permito el desliz para incluir alguna curiosidad que traspasa los límites de lo que podemos creer concebible. Realmente, las bestias de este post merecen estar aquí y en blogs mucho más importantes.
Lo que vemos arriba no es un mamut contrahecho sobreviviente de la Era del Hielo. Se trata del cerdo más grande del mundo, ejemplar capaz de transmitir el virus de Influenza AH1N1 por sí solo y sin ayuda de otro miembro de su especie. Pero esta bestia no viene sola. Tras el continuar leyendo encontrarán otras tanto o más impresionantes.