Miriam Quiroga, también ex funcionaria de confianza de Presidencia, desató la polémica en Argentina.

. "¡Néstor vive!", repiten desde su deceso, hace más de 100 días, los militantes kirchneristas y los funcionarios que se aferran al marketing electoral y a la tarea de construir un mito.
Y el difunto ex presidente parece darles la razón, al menos en lo que respecta a su vida sentimental.
El testimonio de Quiroga encontró en el oficialismo la misma reacción de cada vez que se enfrenta a situaciones traumáticas: el silencio.
"Era vox populi que era la amante de Kirchner", dijo Quiroga, de 50 años y con cinco hijos, al semanario Noticias, en el que acusa al secretario General de la Presidencia, Óscar Parrilli, de haberle anunciado, el pasado 3 de enero, su despido del cargo de directora del Centro de Documentación Presidencial por orden de la mandataria Cristina Fernández, lo que se concretó a los dos días.
'Un matrimonio distanciado'
Durante años, en los vericuetos del poder el nombre de Quiroga fue ligado sentimentalmente al del ex presidente. Tampoco faltaron los comentarios de que Néstor y Cristina guardaban las formas y que entre ellos había "un matrimonio distanciado".
"Con Kirchner teníamos una unión muy fuerte. Dejé todo para venirme con él desde el sur, dejé mi familia", aseguró Quiroga, quien dijo haber conocido al ex presidente en 1990, cuando este era intendente (alcalde) de Río Gallegos.
Esta periodista de la ciudad santacruceña de Caleta Olivia comenzó a trabajar como locutora oficial de la gobernación y luego como secretaria privada del jefe provincial.
Entre los funcionarios, Quiroga era reconocida como una persona muy próxima al ex mandatario y hasta se llegó a decir que "tenía una hija con él", pero eso la mujer lo desmintió en la entrevista.
"Los que dicen que mi hija de 11 años es de Kirchner están equivocados. La tuve con un novio que me duró muy poco y le puse mi apellido porque cuando quedé embarazada ya nos estábamos separando. ¡Ojalá fuera de él (Kirchner)! Hoy no tendría problemas de plata. Algunos llegaron a decir que Néstor me dejó una cuenta en Suiza (risas) ¡Estoy esperando que me digan el número...!", le dijo Quiroga al semanario Noticias.
Un ex miembro del gabinete de Kirchner, consultado por EL TIEMPO, se negó a valorar el testimonio de Quiroga, porque "huele a chisme de revista del corazón, viene con un chantaje implícito y ayuda a la victimización en la imagen de Cristina".